lunes, 29 de junio de 2009

PERDER. Por Sergio Marcano.

Perder en el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía -CNAC-.
Perder en la convocatoria de cortometraje.
Perder en la convocatoria de documental.
Perder en la convocatoria de desarrollo de guión.
Perder en la convocatoria de largometraje.

Perder porque tu presupuesto es demasiado barato.
Perder porque tu presupuesto es demasiado caro.

Perder porque aplicaron el baremo.

Perder porque no estudiaste cine en escuelas internacionales.
Perder porque tus cortos y documentales no ganaron premios en festivales de cine “clase A”.
Perder porque no trabajaste en cargos importantes en al menos 2 películas filmadas en 35 mm.
Perder porque toda la experiencia que has acumulado trabajando estos años para televisión haciendo audiovisuales, reportajes y documentales, no vale puntos en el baremo.
Perder porque no tienes “gente top” del medio cinematográfico en tu equipo técnico o creativo.
Perder porque tienes que tener cartas que certifiquen coproducciones nacionales e internacionales.

Perder porque tu guión es de terror y ese tema no le interesa a los espectadores venezolanos.
Perder porque tu guión es de ciencia ficción y ese tema no le interesa a los espectadores venezolanos.
Perder porque tu guión habla abiertamente de sexo y ese tema no le interesa a los espectadores venezolanos.


Perder porque la gente de la comisión no cree que esa “gente top” del medio cinematográfico, que te firmó las cartas de compromiso, se vayan a involucrar verdaderamente en tu proyecto.
Perder porque las cartas que certifican las coproducciones nacionales e internacionales que conseguiste no valen nada.

Perder por falta de contactos.
Perder por no hacer lobby.
Perder porque fulanito lleva 10 años de agremiado y ya era hora de que ganara.
Perder porque fulanito es el hijo, el hermano, el primo, el sobrino, el yerno, el cuñado, el ahijado, el amigo, el socio, el conocido, el camarada, el colega, del jurado agremiado y/o del jurado comisionado.

Perder porque no se aplico el baremo.

Perder porque a la gente de la comisión no le interesó tu propuesta conceptual.
Perder porque tu estructura narrativa es muy complicada.
Perder porque tu guión no encontró defensores dentro de la comisión.

Perder porque tu guión es malo.

Perder porque tu guión no tiene paisajes y un guión sin paisajes no le interesa a los espectadores venezolanos.
Perder porque tu guión es muy triste y al venezolano le gusta estar alegre.
Perder porque tu guión es muy feo y da miedo.
Perder porque tu guión no da una buena imagen de lo que es Venezuela.

Perder porque tu guión no es políticamente correcto.
Perder porque tu guión es políticamente correcto.

Perder porque tu guión es inmoral.

Perder sistemáticamente.
Perder una vez tras otra.
Perder hasta creer que eres un perdedor.
Perder hasta perder el sentido.
Perder hasta que pierde el sentido.
Perder.

sábado, 27 de junio de 2009

Las manos de Orlac (Robert Wiene, 1924)

Por: Andrea C. López L.

Siempre me llamó la atención la vanguardia del “expresionismo alemán”. El discurso de sus imágenes me remitió a una literatura que antaño también me había sido muy afín: la novela gótica, los relatos de horror fantástico como “El Horla” de Maupassant; y con la aparición del psicoanálisis, el terror psicológico “Otra Vuelta de tuerca” de Henry James.

Igual atracción había ejercido el “Fausto” de Goethe ó “El Hombre de Arena” de E.T.A. Hoffmann o el “Dr. Jekyll y Mr. Hyde” de Stevenson. Esta literatura romántica, de alguna manera marcó un precedente en la posterior filmografía expresionista, explorada por los autores de la UFA antes de que la propaganda nazi acabara con su expansión creativa. Hablamos pues, del cine de la llamada República de Weimer.

El gabinete del Dr. Caligaris es la peli que, en la escuela, se me enseñó como la mayor manifestación del “expresionismo” en el cine: realidades artificiosas, irreales, mentes que dominan a otras y finalmente, delirios de locos. Esta peli se me había vendido como la más “importante” obra de Robert Wiene. Sin embargo, después de ver Las manos de Orlac confieso que difícilmente alguna obra pueda superar esta joya, sin duda de las más grandes del cine, comparable en su intensidad dramática, su argumento y el manejo de las emociones, a otras contemporáneas como El último Hombre de Murnau o la más tardía Ópera de Tres Centavos de Pabst, basada en la obra de Bertold Brecht.

Las manos de Orlac aborda el fenómeno al que Freud había dado por aquello días una explicación científica: “lo siniestro”. Para el psicoterapeuta, el “Umheimlich” ó “lo siniestro” es una presencia inexplicable, ajena y terrorífica en tanto invade nuestra “intimidad”. Es decir, su presencia se nos hace familiar aunque no es parte de nosotros.

La película tiene un argumento de hierro: un pianista, felizmente casado y potencialmente exitoso, pierde sus manos en un accidente de tren. Para alivianar su tragedia, su médico decide implantarle las manos de un asesino semejante al para aquel entonces famoso anti-héroe literario “Raskolnikoff” de Dostoievsky: un joven estudiante que mató a una vieja usurera y explotadora, y que ante la presencia de un testigo inocente, no tuvo más remedio que ejecutar un doble crimen.



La historia, cuyo guión está signado por infinidad de giros o “vueltas de tuerca”, inicia la tortura cuando el protagonista empieza por desconocer sus extremidades: el anillo de casado no le entra; al llegar a su casa desea tocar el piano y no puede hacerlo pues sus manos no le obedecen, su esposa trata de consolarlo sin éxito. Decide entonces retirarse a un café y ahí, leyendo la prensa, lo invade algo terrible, la confirmación de lo que hasta entonces era una simple sospecha: sus manos son las de un asesino. El protagonista entra entonces en posesión de ese “otro” que ahora es parte de él mismo.

Conraid Weidt, en el papel de Orlac, toma un cuchillo y lo guarda en la caja del piano. Sin embargo, la posesión se hace total y con el arma pretende matar a su esposa. Después de controlarse, la criada se da cuenta de su padecer. El fantasma del asesino se le aparece a ella y le pide ponerse al servicio de su amo. Ella, hipnotizada, se arrodilla ante Orlac, él la acaricia con sus manos, ella empieza a sentir que hay algo que no está bien y comienza a gritar. El protagonista huye entonces al consultorio del médico que le ha hecho vivir tan cruel tragedia: no puede controlar sus manos ajenas y asesinas.

El horror se acentúa cuando la esposa se halla frente a un juicio de acreedores que amenazan con tomar sus bienes si las deudas contraídas no se pagan. Ella, desesperada, recurre a la ayuda de su suegro: el señor Orlac. Éste se niega. Al llegar a casa el drama crece: el marido pone uno de sus antiguos discos y ambos recuerdan lo que él era y ya no es. Sobreviene entonces la mayor crisis entre ambos.

El protagonista va a casa de su padre y halla que a éste lo han asesinado. Las huellas no son otras más que las de él, la de sus manos implantadas. En el horror de tal consciencia, el protagonista se encuentra con el fantasma que lo ha poseído y que sólo le pide dinero.

Finalmente, Orlac confiesa a un grupo de expertos su padecer “bipolar”. Éstos llegan hasta el asesino que resulta ser un falso actor quien, mediante guantes ,ha plagiado las huellas del asesino. Orlac es señalado nuevamente y en la disputa queda claro que el antiguo dueño de sus manos es inocente. Se logra así la redención del protagonista y su implante, así como la reconciliación con su mujer: sus manos, ahora inocentes, son capaces de amar nuevamente.

De esta peli se hizo después un remake en Hollywood llamado Mad Love. Recomiendo la original, la de Robert Wiene, pues es una joya del cine mudo: las locaciones son mínimas y aunque la dirección de arte es muy austera, nos sumerge en una atmósfera lúgubre e íntima. El guión, la dirección de arte, las actuaciones y la puesta en escena hacen de Las manos de Orlac una gran película.


jueves, 18 de junio de 2009

BESTIARIO CINEMATOGRÁFICO VENEZOLANO. SEGUNDA PARTE: LOS PRODUCTORES

Por Sergio Marcano

Importante por múltiples razones que van desde: hacer y
llevar los cálculos monetarios de la realización de la
película, -algo casi tan importante como el guión, y que, no
está demás decir, es una habilidad que no se le da a todos lo
mortales-; hasta abrir y cerrar el set para que todo esté
listo y preparado para que todos los demás en el equipo
técnico y artístico hagan su trabajo. A mi manera de verlo la
verdadera espina dorsal de la realización audiovisual y
cinematográfica.

Una de las figuras esenciales en la realización
cinematográfica es un(a) productor(a).
A algunos de los que cito a continuación, las y los he
conocido, padecido, odiado, querido e incluso amado
personalmente; otros simplemente son frutos de cuentos y de
historias de caminos, estrenos y bares donde el cine termina
por ser una conversación nutritiva, necesaria, importante y
definitivamente interesante.

Sin más perorata les dejo con otro rubro particularmente
variopinto e interesante dentro de la comunidad audiovisual y cinematográfica venezolana: LOS PRODUCTORES.

LA MODOSITA: El ideal para muchos directores del medio –sobre todo de los viejos verdes-, una chica inocente, seguramente virgen, que viene de una familia disfuncional –¿Por qué otra razón trabajaría en el cine?- trabajadora, que día tras día –fines de semanas, incluso días de fiesta nacional, a pesar de que no le pagan sueldo- está esclavizada, dedicada completamente al proyecto.

LA DE LA DILIGENCIA: A este personaje no le gusta la producción, terminó en ella por diferentes causas que no necesariamente están ligadas a la vocación. Cotidianamente no tiene tiempo para dedicarse al cine o al audiovisual porque su vida personal es muy complicada, pero aún así se compromete. Al parecer no saber decir que no.

Cuando se esfuerza puede llegar a ser comprometida, simpática y hasta muy trabajadora, pero casi todos los días tiene una emergencia, económica, médica, familiar, un examen en la universidad, un viaje repentino y relámpago al exterior o al interior, una diligencia que necesita de su tiempo y atención, cualquier cosa que no le permita cumplir con su trabajo le puede suceder.

Al final del día, nada está hecho, y el resto del equipo termina por ser el que resuelve las labores.

Cuando se siente acorralada por los reclamos de incumplimiento que se le hacen a la hora de las entregas, ella pierde los estribos, grita, aúlla y patalea, justificándose desesperadamente, sin escuchar, ni entender razones. Se convierte así en aquello que los gringos llamarían una “drama queen”: una criatura inocente, libre de culpas, víctima de la vida, del destino y en especial de aquellos seres perversos que reclaman su presencia y profesionalismo.

EL CHARLERO: El talento de este personaje reside fundamentalmente en la capacidad de engatusar a través de la labia, una muy bien desarrollada en alguna escuela o taller nacional o internacional; suele tener un vocabulario lleno de palabras grandilocuentes, y siempre, venga al caso o no, habla de sus múltiples contactos, amigos y compañeros top del medio nacional o internacional, con quienes –por supuesto- tiene negocios de diferentes cuantías e importancia.

Es una criatura muy hábil, capaz de hacer creer al que menos se lo sospeche e imagine, de los dotes que posee como gran productor.

A la hora de la chiquita este personaje es totalmente incompetente, delega todo su trabajo al equipo que ha armado y no es capaz de resolver calmadamente la más pequeña adversidad.
En esos momentos, por supuesto, todo lo malo es responsabilidad de la irresponsabilidad de los terceros involucrados en su equipo, y en caso contrario, cuando las cosas salen bien, todo lo positivo es directamente fruto de su esfuerzo, buen desempeño laboral, de su amplia capacidad productiva y de su mas férrea responsabilidad.

EL EMBAUCADOR: Este personaje es como el pimentón: está en todos los guisos. Tanto en los del gobierno, como en los de la oposición. Es un tipo hábil y lleno de contactos.

Te contrata -como se contrata a un electricista o a un plomero- para que hagas un trabajo audiovisual, normalmente aburrido y gobiernero u oposicionista -en el peor y más obvio sentido político jalamecate-propagandístico-publicitario que se pueda imaginar o concebir-. Acuerda contigo verbalmente una cantidad de dinero por la realización del trabajo en cuestión.

Paga viáticos hambreadores –si es que los paga- y te hace cumplir horarios extensos y agotadores.

Mientras realizas los trabajos, le ves comprarse propiedades, carros último modelo, relojes caros, joyas para sus mujeres, perfumes costosos, ropa nueva y hacer múltiples viajes al exterior.

Tu cheque siempre tarda meses en salir. Este personaje siempre te tiene una excusa nueva e incluso creativa para atrasar el pago de tu dinero.

Cuando el cheque llega finalmente a tus manos las cifras son inferiores a las pactadas. Al momento en que le haces el reclamo te deja claro que lo que te está dando, en un medio tan competitivo como este, es una oportunidad de oro que tienes que saber valorar.

LA TREPADORA: Se caracteriza por escuchar atenta y cuidadosamente a todos los que le rodean. Le gusta hacerse la imprescindible y siempre te hace escuchar lo que quieres oír con una sonrisa. Siempre está maquinando en silencio y reuniendo información.

Es simpática, amable, parece tu amiga, pero definitivamente no lo es. Considera a todos los que la rodean un empleado más, prescindible en la compañía -así sea ella la que está llegando-.

A base de halagos e incluso de sexo se hace la mano derecha de la autoridad máxima de la productora.

Subestimar y subvalorar verbalmente el trabajo de los demás ante el jefe es la característica que más la define, en el momento justo de debilidad será ella quien se encargue de dar el empujón necesario para quitarte de su camino.

Una persona de quien cuidarse, el tipo de personas de las que hablan cuando dicen que hay serpientes en piel de cordero.

EL EMBAUCADOR DE CUELLO BLANCO –O ROJO-: Su herramienta esencial es las manipulación, te arma villas y castillos, te promete un futuro de éxito y de bienestar económico, te hace creer que tu lo acompañarás al Olimpo, al Oscar, a Cannes, te calienta el oído, te dice exactamente lo que quieres escuchar, hasta que finalmente muerdes el anzuelo, entonces te deja hacer todo el trabajo –el limpio y el sucio, el creativo y el técnico-, pones tu carne en el asador, te esfuerzas por una ser parte esencial y diligente de su equipo. Por ser el mejor.

Todo continúa de este modo hasta que una mañana, como cualquier otra, despiertas a la noción de que todo lo que te rodea es una farsa y te das cuenta de que a pesar del tiempo y del esfuerzo que has puesto de tu parte estás en el mismo estatus en el que comenzaste, te das cuenta del doble discurso y comienzas a notar que este personaje te disminuye con cada una de sus palabras, mientras alimenta los aspectos más bajos y oscuros de tu autoestima, mientras no te paga beneficios sociales y te hace devengar un sueldo más bien hambreador.

LA TOP: Una mujer muy importante –en lo que a estatus del medio respecta, porque tiene la edad y la experiencia, ha hecho publicidad, televisión, cine y conoce a tutiri mundache-, sexy, fancy, centrada en su trabajo, precisa, exacta, a ratos bondadosa, a ratos perversa, sencillamente está libre de pasiones personales, siempre está a dieta y sólo toma bebidas light. Encarna los aspectos sibaritas de su vida cotidiana sin pretensiones.

Es capaz de sacar dinero de debajo de las piedras y de levantar casi la totalidad del dinero de todo lo que se propone producir.

Verdadera zorra del cine venezolano –en el mejor y en el peor sentido de la expresión-. Uno de los personajes creados por Gustavo Michelena para el guión de “Carmen la que contaba 16 años” de Román Chalbaud decía una frase que se le ajustaría como anillo al dedo a las de su tipo: “Esa mujer es el diablo en pantaletas”, amazonas de la cinematografía, personajes casi mitológicos, sin duda raras avis en el cine venezolano.

Como es fácil de imaginar, también hay versiones masculinas de este personaje.

EL GENTLEMAN: Sr. del cine nacional, inteligente, muy culto –al menos a nivel cinematográfico-, amable, con la inteligencia y la capacidad de escuchar las propuestas audiovisuales que le presentan –sobre todo aquellas de las nuevas generaciones de realizadores-.

Si le interesa tu proyecto, y ve que el proyecto puede ser beneficioso para su productora –monetariamente hablando-, apuesta por ti y es capaz de ayudarte a armar el proyecto y tratar de conseguir el dinero a través de sus colegas y contactos en las instituciones del Estado.

Una vez llega el dinero –su poder en el medio por momentos es verdaderamente efectivo- se arranca a producir y post producir; pero como es fácil de imaginar su casa productora se queda con buena parte de la “tajada” monetaria. Su estatus económico es claramente su prioridad. El resto del equipo –incluyendo al creador del proyecto- trabajan recibiendo sueldos exiguos y hambreadores.

Un personaje particular, con el que siempre establecerás una relación de amor-odio. Pero que en un medio tan excluyente como el nuestro, representa clara y definitivamente –sobre todo para las nuevas generaciones- ni más ni menos que al Sr. de las oportunidades del cine venezolano. Raras avis en el cine nacional.

LA FAMILIAR: Este personaje te convierte en su familia instantáneamente.
Te llama miles de veces para verificar que todo esté andando correctamente, te invita al cine, al teatro, a un concierto, a su casa, a comer, a cenar, es sumamente atenta, conversadora y muy trabajadora. Poco a poco se gana tu cariño y se hace imprescindible.

Un vez que es parte del equipo comienza a vender los talentos de este “maravilloso y sumamente talentoso tipo al que tienes que conocer” -un hermano, primo, novio, ex novio, marido, camarada, conocido u amigo- a quien quiere meter en el medio.
El problema es que este hermano, primo, novio, ex novio, marido, camarada, conocido u amigo no esta verdaderamente interesado en el trabajo. Y cuando finalmente es contratado, simplemente no le pone ganas, pasión, ni interés al trabajo, hace las cosas con desgano y de un modo bastante improvisado, apresurado, que raya incluso en lo mediocre.

Pero ojo al momento de criticarlo. El trabajo de su hermano, primo, novio, ex novio, marido, camarada, conocido u amigo ha de ser apropiadamente elogiado e incluso sacralizado. De lo contrario serás execrado del cariño o círculo cercano de la familia. Algo que dependiendo del grado de cercanía emocional que hayas desarrollado con el personaje en cuestión, puede llegar a ser doloroso o simplemente ridículo.

EL DE REACION TARDIA: Le caracteriza su poco sentido de la practicidad. Siempre cree que tiene una súper producción a sus espaldas y nunca termina de entender la precariedad del medio en el que se desenvuelve.

Todo lo deja para última hora. Pero tiene tanta estrella y buena suerte que siempre logra resolver lo planteado justo al último momento.

Muchas veces está en la producción porque es el oficio más ofertado en el medio. En criollo: es un paracaidista. Su verdadera vocación es la dirección de fotografía, o la dirección.
Aun esta muy jojoto –muy joven e inocente- pero es perseverante y del tipo que alcanza sus metas.

EL ARIO: Es extranjero. Catire -rubio- muy probablemente.

Una característica que en un país que prioriza lo extranjero antes que lo nacional, como en Venezuela, le abre si no todas, muchas de las puertas necesarias para entrar al medio.

Nadie sabe hacer las cosas como él. Siempre te lo deja claro con sus comentarios y su actitud. Todos son inferiores a su sabiduría y entendimiento europeo o norteamericano. Él se encarga de todo: guión, cámara, sonido, dirección, producción, edición, musicalizacion y mezcla. Pero en medio del proceso, en todos y cada uno de los rubros, él le echa el carro de las responsabilidades a los demás de su equipo.

Todo se hace con el mínimo indispensable. El dinero para él no es el camino sino la meta.

Tiene un perro fiel –un criollo inocente y ansioso de aprender a toda costa el arte audiovisual y cinematográfico- que hace las veces de guionista, productor, fotógrafo, sonidista, director, editor, musicalizador, todo lo que hace falta para resolver los problemas y no gastar el capital del Ario.

Al final, con su pelo rubio y su sonrisa europea o norteamericana, el Ario se encarga de robarse todos los créditos de quienes colaboraron en el trabajo realizado.

EL EMOCIONAL: Este personaje siempre esta sonriendo y nunca para de conversar. Sin duda puede llegar a ser un tipo encantador y es por eso que se gana a todo el mundo.

Se podría decir que es de “la vieja escuela”, el sacrificio es su lema, “el amor al arte” es su forma de vivir. Con una sonrisa y con una labia bastante desarrollada lo resuelve todo como por arte de magia: abre puertas, amansa leones y encanta serpientes.

La realidad de un país en crisis (al menos para todos los que no nacimos en cuna de oro) siempre le hace enfrentarse a la dura realidad de que “el amor al arte” no resuelve la luz, el teléfono, el alquiler, el condominio, la comida, la ropa, y un gran etc, para aquellos que trabajan en su equipo.

Normalmente lo personal y lo laboral no tiene división. Tienes que estar totalmente entregado sin rechistar. Puede llegar a preguntarte: ¿pero es que tú tienes vida personal?

Aunque por momentos quieres asesinarlo, se las ingenia para que siempre estés a su lado y que incluso pongas tu hombro y tu esfuerzo para ayudarlo voluntariamente, sin importar el dinero involucrado en el proyecto.

LA PESO PESADA: Ella se hace llamar productora a sí misma, a pesar de que –al menos hasta donde sé- nunca ha producido nada.

Su abolengo audiovisual es de antigua data. Su poder en el medio es incuestionable. Los gremios son de muchos modos sólo una fachada para justificar jurídica o públicamente -ante las instituciones cinematográficas nacionales- sus decisiones con respecto a lo que debe filmarse y lo que no.

Es toda poderosa, caprichosa, malcriada, sectaria, despectiva, elitista y en líneas generales excluyente. Su palabra es ley y es ella quien de muchos modos establece el status quo cinematográfico nacional.

Forma parte de todas las comisiones de estudios de proyectos o de todos los comités ejecutivos desde la fundación del CNAC -por allá en el año 93- y es uno de esos oscuros personajes que hay que señalar cuando se habla de amiguismo, corrupción y nepotismo al momento de la escogencia de las películas que se hacen año tras año.

Es decir una de las principales responsables del desfase estético y argumental del cine venezolano contemporáneo. Un personaje verdaderamente oscuro.

Y bueno, hasta aquí nos trajo el río en este rubro y por esta oportunidad.
¿Les parece reconocer alguno?
¿Les parece que exagero o miento?
¿Creen qué hablo desde mi resentimiento, mi soberbia?
¿Qué tengo la razón?

Todo es posible. En todo caso, -como siempre- les dejo claro que estas palabras, comentarios y reflexiones, son sólo el fruto de mi experiencia e impresión personal –que he ido formando con el paso de los años de trabajo- acerca de este medio criollo que tenemos y que para nada pretendo alzarme con la razón.

Así que una vez màs les invito a todos los que lean estas líneas a descubrir por ustedes mismos la verdad –si es que algo como eso existe- sobre LOS PRODUCTORES de este medio, presentándoles proyectos, dirigiriendo, haciendo cámara, sonido, script en cualquiera de los rodajes nacionales, o a hacer cualquiera de las fases de la postproducción de una película de ficción o documental venezolana, o quizás, simplemente a hablar con cualquier de ellos en cualquier estreno, foro, clase o pasillo donde estos se encuentren pululando.

Y entonces serán ustedes los que me contarán su impresión.

lunes, 15 de junio de 2009

MUCHACHADA NUI. Chuck Norris

Gracias a unos amigos valencianos supe de Muchachada Nui, una comedia española transmitida en RTVE en la que se parodian celebridades del mundo del espectáculo, entre ellos cineastas y actores.

En Youtube pueden conseguir las parodias de Lars Von Trier y Tarantino, por ejemplo. Yo les dejo abajo la de Chuck Norris , que particularmente me hizo reir bastante.

martes, 9 de junio de 2009

Tips sobre escritura de guiones por Darren Aronofsky



Aquí hay un pequeño video de Darren Aronofsky (Requiem for a Dream, The Wrestler) sobre su proceso creativo al momento de escribir un guión.

jueves, 4 de junio de 2009

David Carradine: Ido sin retorno

Uno de los grandes de las artes marciales se ha ido.

David Carradine, estrella de la serie televisa Kung Fu (1970), fue encontrado muerto en su habitación de hotel en Bangkok. Para aquellos que nunca vieron la serie, Carradine interpreta a Bill en la dupleta de artes marciales Kill Bill, dirigida por Quentin Tarantino.

Aunque no ha sido totalmente confirmado a los medios, todo parece indicar que Carradine se suicidió.

Ójala que alcances el Nirvana Carradine. Y descubras el secreto de la palma de Buda. Paz.

Vía/AP