
Más que un documental, la película es una entrevista, por no decir un monólogo. La historia y el testimonio de la señora Junge sobrepasan con creces la cinematografía, que queda opacada por el peso de los hechos y la historia. La cámara fija, la historia lineal y la quietud absoluta del filme hacen un poco tediosa la propuesta a nivel visual. Sin embargo, La secretaria de Hitler resulta película obligada para aquellos que desean escuchar un relato asombroso, repleto de contrastes y detalles sobre la personalidad de Hitler y las circunstancias que giraron alrededor de su persona durante los días próximos a su caída. Junge, a quien siendo tan sólo una jovencita le tocó vivir en el propio ojo del huracán, murió de cáncer a los 81 años, horas antes de que la cinta fuera estrenada en el Festival Internacional de Cine de Berlín.
En este enlace podrán conseguir un extracto de la entrevista.