domingo, 10 de mayo de 2009

Swing con Son. Por Andrea López

Recientemente se estrenó en Caracas y en varias ciudades del país, el largometraje documental "Swing con Son" de Rafael Marziano Tinoco. La película aborda la vida y obra de Billo Frómeta y su banda, que durante décadas ha hecho bailar a cientos de familias a pesar de los gobiernos, de los cambios generacionales y de los evidentes cambios de la ciudad. En este sentido, el documental posee un mensaje que aunque parezca trillado es, en nuestros tiempos, sumamente alentador: el arte nos une como pueblo, a pesar de las distancias ideológicas, de clase o generacionales. El arte nos une en el tiempo y nos reconcilia al hacernos bailar y disfrutar en cada acto colectivo.

La estética del documental también hace valiosos aportes pues, lejos de inscribirse en la clásica forma del documental institucional y descriptivo, trae al presente la vivencia del pasado logrando un efecto sumamente emotivo. Y he aquí que, a juicio personal, el documental posee una gran distancia respecto al realizado previamente por el novel cineasta Fernando Venturini: "Swing con Son" prescinde del material de archivo trayendo al presente los testimonios de sus fanáticos y de sus músicos. Otro elemento que se agradece, es el conocimiento del lenguaje musical pues permite al espectador ahondar en las formas estéticas abordadas por el maestro Frómeta. En este sentido, son especialmente valiosos los aportes de Renato Capriles, fundador de la no menos exitosa banda "Los Melódicos" y de Rafa Galindo, entre otros.

La aparición de Rafa Galindo resulta también un retrato edificante y a la vez, desolador, de nuestros artistas. Edificante porque lo vemos con sus más de setenta años luciendo aún una cautivadora voz, desolador por la menos que modesta realidad en la que se halla inmerso. Y es que de algún modo, el retrato de este artista es una alegoría de lo que fue y es ahora nuestra ciudad: Un lugar que tuvo su gloria, sus bailes de gala, sus esparcimientos hasta el amanecer y que hoy se halla en una ruina casi indigencial.

Finalmente, debo decir que el documental tardó siete años en hacerse y si bien obtuvo una certificación dolby, esta mezcla se realizó en el estudio casero de Rafael, por parte del sonidista Eleazar Moreno Ortiz. Vale destacar que así como "Swing con Son" tardó siete años en hacerse realidad, el pequeño estudio que Marziano Tinoco ha querido erigir para la Escuela de Artes durante casi una década, está muy próximo a culminarse. Sin duda, como alumna de la Escuela de Artes de la UCV, agradezco infinitamente que existan docentes y alumnos dispuestos a luchar contra la indolencia y el consecuente subdesarrollo al que nos confina la conformidad. El logro de "Swing con Son" y del estudio de post-producción es, en este sentido, un logro de todas y todos los que apostamos por una escuela que produzca talentos y haga aportes al cine nacional.

La peli aún se halla en cartelera, así que están a tiempo de verla. Les aseguro que no se arrepentirán. Sin proponérselo, "Swing con Son" se inscribe dentro de la tendencia instaurada por "Buena Vista Social Club" y recientemente expuesta en "Café de los Maestros" (2008) de Miguel Kohan.

"Swing con Son" se exhibe en: Caracas: CONCRESA SALA 6, RECREO SALA 5,VICTORIA SALA 3, PASEO HATILLO SALA 5, CENTRO PLAZA SALA 3, GALERIAS PARAISO sala 2, METROCENTER sala 2.

En Maracay: AMERICAS MARACAY sala 1. Valencia: METROPOLIS VALENCIA sala 1.

8 comentarios:

  1. Estimada Andrea, en esta ocasión lamento disentir. Comparas injustamente "Swing con Son" con Buena Vista Socal Club y Café de los Maestros, cuando existe mucha distancia de por medio.
    La película del Sr. Marziano Tinoco, resulta innecesariamente extensa y por consecuencia aburrida, reiterando información vía una desastrosa arritmia narrativa. No me explico el por qué de esto.
    Tampoco entiendo a qué "fanáticos" de Billo te refieres. No los hay.
    A excepción del baile en la Plaza Bolívar, yo no vi fanáticos. Sí escuché "voces autorizadas", fanáticos con un programa de radio, pero lo que se llama fanáticos, no.
    Por otro lado, sí que vi a personajes como Caridad Canelón, Alfredo Naranjo, Teodoro Petkoff y María Rivas, entre otros, que poco o nada tienen qué ver con la Billo´s Caracas Boys.
    Que la película no es historicista, bien, pero de allí a intelectualizarlo todo, no me lo vacilo. A mi juicio, esta orquesta significa una fiesta en un barrio o en un pueblo y no una parejita de baile de concurso dando pasos acartonados sobre un piso pulido. Desgraciadamente, no accedemos al pueblo que entronizó a Billo y lo convirtió en lo que fue, no pasamos de las fachadas, no entramos jamás en la modestia de los fanáticos ni nos enteramos de sus emociones. Se enuncian. En su lugar, nos meten en un estudio de grabación, con todo y comparsa de bailarines.
    Se nota el distanciamiento enorme entre el director y la obra, y aunque no conozco al Sr. Marziano, me atrevo a asegurar que su acercamiento al material fue más cerebral que emocional, lo que nos deja como resultado un producto distante, frío y parcial.
    Faltan demasiadas piezas para hacerse una idea real de lo que significó -y significa- este fenómeno para nuestro país.
    Saludos.

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  2. Nuestros comentarios en:
    http://cine100por100venezolano.blogspot.com/2009/04/swing-con-son-un-filme-para-melomanos-y.html

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  3. Hola Giulliano,

    ¿Cómo vas? Tiempo sin saber de tí!!!

    Respecto a lo de Buena Vista, no quise compararla sino ubicar el documental de Marziano dentro de esta tendencia de hacer documentales musicales con talentos ya ancianos, trayéndolos al presente. Es decir, no se trata de una comparación, sino de inscribir el docu en esta tendencia de hacer documentales. En "Café de Maestros", los tangueros terminan en el Teatro Colón compartiendo su música y talento con la orquesta filarmónica dirigida por Barenboim. En "Swing con Son" el final apunta a interpretaciones con la llamada "música culta".

    Reitero, si se entendió que yo estaba comparando la obra de Marziano con éstas, me retracto. No quiero comparar sino inscribir la peli dentro de un género documentalístico que sin duda inauguró "Buena Vista" y que ha sido re-creado en "Café de Maestros" o "calle 54".

    Respecto a que es muy largo, estoy de acuerdo. Yo vi este docu en su corte final, hace unos dos años y así me pareció. Sin embargo, las interpretaciones me gustaron mucho, especialmente la de María Rivas y los testimonios me entretuvieron bastante. Ya la parte en Dominicana, se me hizo de más.

    Con relación a lo de los fanáticos, recuerdo algunos testimonios en el estadio y de algunas señoras que antaño asistían a las fiestas de Billo. No sé si siguen allí, cuando yo lo ví, estaban.

    Saludos!!!!

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  4. 100% de Cine Venezolano:

    Estupenda crítica. Sin duda hace falta revisar los modelos de representación. En Vzla la gente está sumamente acostumbrada a que un docu es gente sentada hablando del tema con una identificación y corte a: algunas imágenes que refuercen el mensaje. Ojo, no denigro de estas formas "tradicionales" pero convengo en que salirse de estos modelos tiene su mérito.

    Convengo también en que quizá la peli es para "billólogos"... no veo por qué denigrarla por ello, aunque entiendo que en Vzla cualquier cosa que huela a intelectual es muy mal vista.

    Saludos y gracias por los comments...

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  5. He estado un poco alejado de la máquina Andrea, pero de vez en cuando me pican un poco las manos. Siempre sé de ti por lo que escribes. No dejes de hacerlo.
    Después de leer tu comentario,comprendo mejor lo que expresaste.
    En todo caso, lo que sucede es que el "efecto" Buena Vista y Café de Maestros, no se da a mi juicio en Swing con Son. Y me refiero estrictamente a la emoción porque este tipo de películas deben poner el corazón por delante, por ridículo que pueda sonar (o leerse), y pocas veces he visto un acercamiento tan emocionante y humano como el que se da en la película de Wenders.
    Te confieso que eché en falta eso en Swing con Son. Yo quería emocionarme -al igual que mi madre y las otras 20 personas que estaban conmigo ne la sala- y cuando parecía que empezaba a suceder, se abortaba la cosa, cuando empezabas a mover el pie, te saboteaban la cuestión.
    Me sorprendió lo desarticulado del discurso, arrítmico, como escribí antes, jalao por los pelos, que tampoco ayudaba mucho a seguir lo que se quería decir. Ni hablar de las interminables dos horas de duración.
    Por otro lado la película tiene aciertos y no se pueden negar; la presencia del entrañable Rafa Galindo -memorable cuando nos pasea por el antiguo Roof Garden y cuando se pone bravo en el ensayo con Caridad- la intervención de Estelita -en ¿Juan Sebastián Bar?- imitando a Lila y a Mirla, el brevísimo insert de una entrevista de Cheo García, -quien junto a Felipe Pirela definió toda una época de la orquesta- la secuencia de "Taboga", otra vez la voz de Cheo interpretando "El profesor Rui Rua" o la breve secuencia de "Magallanes será campeón", etc.
    Tienes razón, salirse del modelo tradicional del documental institucional tiene su mérito; la reflexión debe ser: ¿Fue la del director la mejor estrategia?
    Saludos.

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  6. Por cierto, interesante artículo el de 100% Cine Venezolano.
    Ahora, no es asunto de poner o no los nombres de los entrevistados para identificarlos, se trata de entender efectivamente la conexión y el significado de su presencia allí. Si eso no se comprende, la gente empieza a perderse y peor aún, a desinteresarse.
    Saludos.

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  7. Efectivamente, Giulianno, el "alma popular" de Billo fue una de sus características mas significativas, lo que le hizo imponerse, en buena medida, a Luis Alfonso Larrain. Me tocó hacer un programa de televisión sobre Billo y hablar con familiares y amigos. Lo que saqué de esas experiencias, de ese acercamiento al personaje, fue justamente una sensación de enrgía explosiva, divertida y espontánea. Si el documental al que se refieren no consiguió reflejar esto, es una pena, porque pocos fenómenos en Venezuela han conocido la genuinidad de esa historia emotiva que hubo desde el principio entre Billo y Venezuela y, mas particularmente, entre Billo y CCS.

    Un saludo cordial,

    J

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  8. Yo difiero de Giulliano en aquello de que la peli no es emotiva, ni tiene conexión popular, pero respeto las opiniones de cada quien. Y creo que ses prudente verla y no prejuiciarse con ella.

    Aunque un poco off topic, ahora me alarman mucho ciertos intentos por hacer desaparecer la peli de cartelera e inclusive, de tratar de eliminar la posibilidad de un nuevo crédito del CNAC a sus realizadores. Panas: ¿Hasta dónde llega la polarización en Vzla?

    Por favor, échenle un ojo a esta carta publicada en Aporrea, dirigida a la màxima autoridad del CNAC:

    http://www.aporrea.org/medios/a77617.html

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