domingo, 16 de agosto de 2009

Distrito 9 (Neill Blomkamp, Suráfrica-Nueva Zelanda, 2009)

Así son muchas veces las películas importantes, en un principio desestimadas o sencillamente pasan desapercibidas ante el público y ante la mal llamada "crítica".

Quien sabe si pase lo mismo con Distrito 9 en esta época donde el internet, las redes sociales y el boca a boca acortan distancias y momentos. Quizás el reconocimiento de Distrito 9 como una pieza de arte, si, una pieza de arte tarde menos que con otras películas importantes del género de ciencia ficción como Robocop o 2001: Una odisea espacial.

Quizás pueda parecer arriesgado entrar al terreno de las comparaciones, mucho más cuando se hace en un género tan difícil de conseguir como la ciencia ficción, pero la verdad es que Distrito 9 tiene todos los elementos para ser una película a revisitar en el futuro.

Distrito 9 no es una obra maestra, lejos de serlo, y si uno pudiera adivinar cuales eran las intenciones de los realizadores quizás entre ellas estaba precisamente el no hacer una obra maestra; sino sencillamente contar una historia de la manera más entretenida posible.


Ahora no se deje engañar por lo que digo, Distrito 9 no es por ningún lado donde se mire un entretenimiento barato (y no estoy hablando de su modesto presupuesto de estimado en unos 30 millones de dólares, bastante bajo para el estándar actual) sino que hay una inversión importante en la construcción de los personajes y del hilo argumental de la pelicula, que aunque a veces poco original o increible no distrae del hecho de que de verdad nos importe lo que le pasa a dichos personajes. Y en la película existen muchos personajes que son un efecto especial.

Sin querer revelar mucho de la historia el argumento de Distrito 9 es sencillo y muchas veces utilizado, ¿que pasaría si nos encontráramos con una raza alienígena?, sin embargo mucho más allá del mero espectáculo se tocan temas como la intolerancia, la naturaleza violenta del ser humano entre otros, con una obvia referencia al apartheid de Suráfrica (donde se desarrolla la historia, específicamente Johanesburgo) para cuando la película ha alcanzado su clímax narrativo hemos observado un magnifico ejercicio de como contar una historia, donde lo importante son los personajes y su drama interno o externo.

Y como toda buena película de ciencia ficción es algo insatisfactoria no porque no alcanzara lo que prometía con su premisa, sino porque al terminar la función una vez más nos encontraremos reflexionando sobre nuestra propia naturaleza. Y eso después de todo es lo que hacen las buenas películas.

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