miércoles, 19 de diciembre de 2012

Me mató, pero no fue suavemente: Killing them softly

Por Corina Freyre

De esas veces en que una película sorprende. De esas en las que uno cree que está gastándose los reales en una peli súper comercial y resulta que no. Esta fue una de esas veces en que creí una cosa y vi otra. Y lo que vi fue mejor. Esta fue la vez en que fui a ver Killing Them Softly. Escrita y dirigida por Andrew Dominik basada en la novela Cogan's Trade de George V. Higgins y protagonizada por Brad Pitt, parecía una entrega comercial de calidad. Es más que eso.

Es una propuesta en donde un buen guión y una edición impecables juegan sus papeles a la perfección para crear esta pieza que obliga al expectador a agarrarse de la película mientras ella corre a 130 km por hora.

La película abre y la presentación es de lujo. Sencillo: créditos, corte, personaje, corte, crédito, corte y así. Pero con cada corte hay un corte de sonido, brusco, volado, exquisito. Experimental.

Todo comienza con tres hombres y su plan para robar a la mafia cubriéndose en un antiguo robo interno  (el plan implica que los mafiosos sospecharán del mismo perpetrador de la vez pasada). Llevan a cabo su plan, todo sale perfecto. Es cierto, todos sospechan del mismo tipo, pero luego actúan y averiguan y ya no todo sale tan bien. Brad Pitt debe investigar la situación y deshacerse de él o los responsables. A partir de este momento las cosas se complican un poco más y comienza lo bueno (que no contaré para no arruinar la historia).


Una belleza sin igual es toda la edición de sonido de esta película. Se hace un juego entre tomas y sonidos precioso, se usa el sonido como subjetiva pero sin la cámara, de modo que sólo el audio da la perspectiva que se necesita sin necesidad de mirar a través de los ojos del personaje, ¿quién necesita mirar a través de los ojos de otro cuando puede escuchar a través de sus oidos mientras ve lo que este no puede ver? No es un recurso común, es ingenioso y, por más sencillo que parezca, es elegante y al estar bien logrado (como en este caso) le explota a uno el cerebro y complementa perfectamente la experiencia cinematográfica.

Ambientada en la época de George W. Bush, se incluyen muchas veces partes de discursos de éste y de Obama (del Obama de aquella época) que resultan completamente irónicas y hasta molestas a lo largo de la película. Estos discursos casi logran formar un personaje en sí mismo, no del todo, pero se entiende que no son aleatorios y que guardan algún tipo de relación con la línea argumental, cosa que al final se evidencia. Es uno de esos “detalles” a los que supongo no todo el mundo presta atención o no importa tanto si no se hace, pero que si se le atiende le añade pimienta al guiso.

Algo que me pareció raro es la ambientación de la película. A veces pareciera que estuviéramos situados hacia los finales de los 70 o principios de los 80 de la novela original (como cuando estamos metidos en un carro de esa época), pero luego entramos en un bar y vemos en la TV a Bush y a Obama hablando de guerra, por ejemplo. En lo particular, me resultó un desacierto desagradable y confuso. Para mí, la época es la época y todo debe estar y mantenerse en armonía.

Tengo que confesar que fui a ver Killing them softly sin saber mucho de la película. Sólo sabía que trataba de mafiosos y que Brad Pitt actuaba en ella, no es que sean dos referentes que específicamente me lleven al cine, pero era todo lo que sabía. Había visto el trailer no me acuerdo dónde ni hace cuánto, pero algo me gustó y desde ese momento esperé su estreno. Tampoco averigüé nada más sobre la cinta, me gusta verlas así, como tabula rasa. Tengo que confesar que la ví, la amé y me senté a escribir unas líneas sobre ella sin haber leído la crítica, sólo con mis ideas. Ahora, en este punto busqué críticas sólo para reseñar diferencias si las había, y claro que las hay, la crítica ha sido variada. No me sorprende, Dominik no hace películas netamente comerciales, lo vimos con El Asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (una de mis películas favoritas) y lo confirmamos con esta. Me he convertido en fan de Dominik y espero con ansias su próxima entrega.


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