miércoles, 19 de noviembre de 2008

VAQUEROS EN EL MEDITERRÁNEO



Por Javi Martín

Colaboraciones
http://www.javimartin.org/

El cine, como empresa comercial, es la transmisión audiovisual de contenidos unilaterales orientados desde el punto de vista comunicativo, que son más o menos conformes con el mercado. A partir de esto, el Western Italiano se presenta como un ejemplo de cine comercial que se ha impuesto como tarea la satisfacción de " necesidades de la masa ".

Libres de las tradiciones americanas, los italianos han desmontado las figuras típicas, los requisitos clásicos, los escenarios uniformes y los actos comunes del género del Western. No obstante, reclasificaron otro estilo tipificado bajo otros aspectos.

En 1964, Sergio Leone, como pionero, rodaba su primera película bajo este estandarte Mediterráneo: " Per un pugno di dollari " ( 1964 ). Esta película surgió en plena crisis del cine italiano y sobrevivió al rodaje por la ayuda de la concesionaria de película, Constantin de Munich. Tras el éxito Leone, poco esperado en los sectores conservadores de la tradición " Vaquera”, se rodaron en Italia más de 300 Westerns.

Las peculiaridades características del Italo- Western son claramente el resultado de un cálculo comercial en torno a las expectativas del género. Su público, segmentado de manera característica, consagró de inmediato esta nueva tipificación del Oeste Americano: - El renacer de una nueva estereotipización de todos los portadores de la acción, así como en los elementos de esta. - El borroso antagonismo entre el bueno y el malo – Las acciones que discurren de forma lineal, sin pausas, con brutalidad y sadismo en casi todas las ocasiones.- Las escenas de tiroteo y luchas cuerpo a cuerpo hasta la saciedad.

Los modelos fascistas del comportamiento que se habían atribuido a los protagonistas del western americano no hacían más que explicitarse de manera total en los Italo Western. Los cadáveres pavimentan los caminos de hombres sádicos poseídos de la fiebre del dólar. La violencia cuenta con su propia historia dentro de este género. Los estereotipos son precisamente los que provocan la acusada artificialidad en este género. Más allá de la propia historia están modelos de comportamiento que se dirigen por las ambiciones comerciales de la productora y que continúan la tradición del espectáculo Italiano de diversión popular: la Commedia dell'arte, el Grand Guignol, la novela picaresca la gran opera y los " fumetti ": comics-strip y fotonovelas, pasando por la película de historia sádica, el cine de terror o el género Mondo ( acusadas influencias del cine japonés ). Vamos a dedicar ahora un espacio a los personajes. Y no podemos empezar sino por una mujer: Claudia Cardinale.

Primera figura importante que aparece en los Italo. Leone la dirige como un objeto precioso que poco a poco se va " humanizando ": de típica mujer independiente, osada, emancipada, que no necesita de nadie, hasta la sumisión por sus sentimientos; momento en que se enamora. No obstante, la figura femenina en el Spagetti Western, no suele ser corriente.

A este respecto, Leone declaró: " Me atreví a efectuar el experimento de descartar a la mujer del núcleo vital del Western, por el sólo hecho de que, en mi opinión, los protagonistas no tenían tiempo para ocuparse de mujeres. Luchaban más bien por la supervivencia ". Esta es la razón por la que la mujer no es más que una figura marginal, la mayor parte de las veces " deshonrada " o prostituida. Es un objeto en el decorado que se utiliza.

No son, en cambio, objetos de decorado los hombres. Toda la acción circula sobre el eje de una masculinidad obsesiva frente al poder. Entre los actores más destacados, sus papeles más comunes: Lee van Cleef: el solitario con cara de pájaro que mata a balazos o distrae el tiempo montando sus propios fusiles. Clint Eastwood: es un tipo harapiento, parco en palabras, que lleva siempre su sombrero de alas anchas, un cigarrillo en la comisura de su boca y cualquier frase cínica a punto de decir...suponiendo que el guión le exige abrir la boca.

El polaco Kowalski (Franco Nero) encarna al limpio asesino: barba esmeradamente cuidada, camisa, guantes. Suele cambiar de bando según convenga..."Il mercenario" de Corbucci

Este cine, es a mi modo de ver, creación "in vitro". Lejos del arte cinematográfico, tiene un aspecto decorativo y singular: Podemos predecir en cada instante lo que sucederá. Es un medio mítico, anhistórico y despolitizado. Un Western al salami. Hombre malos y buenos que en ambos casos matan sin el más mínimo escrúpulo.

"... He tratado las figuras principales del Western como símbolos " dice Leone y ciertamente lo ha logrado.

Una batalla innovadora en su momento con triunfos personales del atrevido director: Eliminó la vieja forma americana de narrativa. Esa fórmula cuya historia no es otra que la de un simple pistolero, cowboy, ladrón o sheriff. Que tenía un ritmo suficientemente mesurado. En la que existía siempre una convención: el héroe debería de ser bueno de todas a todas, el contricante debería de ser malo, malo, muy malo. Además, siempre, tenía que aparecer una figura femenina con toda su fuerza.

Con esta nueva visión se rodó " Il buono, il brutto, il cattivo " ( 1967 ). Logró con ella, no caer en el tipo western americano y además hizo que sus tres protagonistas no aparezcan como los bandidos de los primeros metros de película sino antes bien como santos...

Los personajes, suelen seguir la perspectiva de " Django " (1966 ) en la que Franco Nero emite este mensaje " Contra la pobreza no hay más que una solución. Hay que intentar hacerse rico, de lo contrario uno se hunde". El como, hemos de suponer que nunca importa.

Al final, tras ver cualquier film de la serie, siempre te das cuenta de los ingredientes de esta Pizza: Héroes pervertidos e inmorales. Carencia total de ademanes humanistas. Diálogos parcos. La originalidad no se agota en su brutalidad, cuanto en su forma de presentación. Las figuras no presentan ningún principio de fijación: ellos disparan, asesinan, torturan a lo ancho de una tierra de nadie. Son héroes dudosos y sintéticos de la cabeza a los pies. Suelen matar por dinero en nombre de la ley. Sobreviven a las películas por su sadismo y agilidad en los dedos, directamente proporcional al número de muertes causadas por su revolver. Se desplaza el moralismo por la criminalidad y un humor negro bajo un poncho. Leone introdujo en sus películas al cazador de cabezas a sueldo. Corbucci, al bandido romántico. Y el héroe... ese individuo narcisista que no reprime ninguno de sus instintos y cuya habilidad de pistolero es correlativa a su incapacidad de contacto social. Regatean y luchan contra un clero corrompido o con pervertidos señores feudales. Su caos es concreto.

Quisiera ya para terminar, dar alguna pincelada sobre el aspecto meramente técnico del Spagetti Western.

La cámara siempre tiene un trabajo heterodoxo y maleable. Se maneja con soltura y celebran el éxtasis del objetivo múltiple. Un cambio sorprendente de subjetividad, objetividad. Un encuadre en ocasiones bueno, en ocasiones mediocre en el que se busca el contraste de lo limpio y lo sucio, lo bueno y lo malo, lo cercano y lo lejano. Un plano no es lugar para dos acontecimientos positivos: " Aquí no hay sitio para ambos " - diría Eastwood limpiando el revólver. Los decorados son corrientes y rentables.

El " Saloon " se aprovecha en tantas ocasiones como se le seque la garganta a cualquiera de los artistas. Es imposible tocarlo todo, ni siquiera intuir una pequeña muestra del total rodado. Siempre enmarcadas todas ellas bajo los mantos de las productoras. La lucha por lo vendible enfrentada a la idea de la posibilidad artística.

Estamos hoy, en ese punto en el que no sabes si el mito enmascara a este engendro o el último es otro estereotipo del primero. Ganamos en crueldad, sadismo, asesinatos, materialismo, violencia, insociabilidad, independencia, humor negro. Perdimos en caras bonitas, mujeres con personalidad propia, finales muy felices, parábolas de hijos pródigos, arrepentidos, justos. Sólo hay un empate: el caballo.

Veremos en que para el Western. Cosas buenas y malas. La mutación de lo clásico y el renacer de lo muerto puede ser un peligroso Frankestein. El apalancamiento técnico de la creatividad en virtud del precio es su consecuencia inmediata. Una involución forzada por el consumismo cinematográfico o una evolución fortalecida por el consumerismo del espectador. En este género, como en tantos otros, el " vaquero del mediterráneo " cabalga con nuestros deseos. Sólo un criterio selectivo evitará empachos y modas. El Spagetti ya cumplió su labor. Más enturviadora que enriquecedora, todo sea dicho. Lo próximo quizás sea el " Tortilla Thriller " o el " Frankfurt Fiction ".

4 comentarios:

  1. Una pregunta. ¿Las viejas películas de Bud Spencer y Terrence Hill pertenecen a este género o existe algún sub género de spaguetti western en el que cabrían?

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  2. Buena pregunta. Espero la respuesta. Aunque ellos dos no hicieron sólo western.
    ...
    Harto interesante es además el problema que hubo con Kurosawa y el “plagio” de Yojimbo en “Un puñado de dólares”, donde aparece Eastwood por primera vez… Material para un post aparte.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Los películas de Sergio Leone son lecciones magistrales de cine; la trilogía de los dólares es genial, pero mi favorita, sin duda alguna, es Érase una vez en el oeste, hace poco la ví de nuevo y casi se me salen las lágrimas. Las composiciones (esos primeros planos de los vaqueros calcinados por el sol), el ritmo tenso y moroso a la vez, la secuencia inicial casí silente, la llegada del personaje de Claudia Cardinale a la estación del tren y la salvaje música de Morricone...sí no la han visto, no saben de lo que se pierden...debe ser la Citizen Kane de los spaguetti westerns.

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