Una de las ventajas insospechadas de que tus padres se divorcien es que terminas teniendo una doble agenda social y cultural cuando eres niño. Es así que los fines de semana nos íbamos a casa de mi padre: uno de esos apartamentos loquísimos de Parque Central con dos pisos, cocina de plástico verde y aire acondicionado central. Como mi papá era amante del cine, gran parte de nuestro tiempo juntos lo pasábamos viendo películas; y sobre todo en una sala: el Radio City.
No hubo en Caracas ningún cine como el Radio City (aunque sí muy bellos, como el “Principal”) y me resulta increíblemente doloroso que ahora sea un centro de apuestas. Sólo en Venezuela somos capaces de semejante barbaridad. No hubo institución cultural de ninguna naturaleza (¡y mira que hay instituciones culturales en Venezuela!) que protegiera este patrimonio arquitectónico de nuestra ciudad, ya bastante huérfana de referentes.
Por “asomao”, terminé metiéndome en el Radio City mientras se desmontaba su historia y desvaloraba su mera existencia. Los obreros, indiferentes, machacaban la estructura a mandarriazo limpio.
Por una pequeña suma de dinero, me permitieron llevar conmigo un recuerdo, como los dolientes que llevan consigo algo de sus muertos. Tomé unas grandes y doradas letras “decó” de madera que adornaban las puertas y que por un tiempo decoraron la entrada de mi casa: RC.
En el Radio City, con su gran pantalla flanqueada por sirenas y su foyer, vimos “Radio Days” (Woody Allen), “Volver al Futuro” (Steven Spielberg), “Ifigenia” (Iván Feo) y “Gandhi” (Richard Attenborough), sólo por citar algunas de las que recuerdo mas vívidamente.
No digo que las cosas deban quedar congeladas en el tiempo (como en la Habana) pero si al menos tratarse con consideración y sentido conservacionista de aquello que vale.
En Venezuela, bien sea por el desdén con que los gobiernos enfocan el asunto del patrimonio cultural, bien por el excesivo afán de lucro de ciertos empresarios (lo más probable por la conjunción cómplice de ambas) hemos arrasado nuestra memoria arquitectónica. No sé que habrá sido de la suerte de mi otro viejo y querido amigo, el cine “Principal”, único cine de Caracas en que podías detenerte por la tarde a ver viejas películas mexicanas en un entorno de época. Quién sabe, escuché que querían nuclear allí una iniciativa relacionada con el cine. Si así fuere, que Dios y la patria lo premien; si no, bueno, si no nada. Qué le vamos a hacer.
Qué perros...
ResponderEliminarYo pensaba que el Radio City lo habían convertido en la baticueva de la policía de Barreto.Por lo menos eso es lo que ví en un infomercial del gobierno bolivariano en el que aparecía Barreto explicando como iban a vigilar Caracas con el zepelin a control remoto con cámaras de video de alta resolución etc,etc...
¿Qué pasó con eso? ¿Pura guerra mediática?
Me llevo grandes recuerdos del cine Radio City.
Dios bendiga el cine y que mi querido formato de video no termine de matarlo...
Armando,
ResponderEliminarNo sabía lo de la baticueva. Esto le da un giro aún mas extraño a la historia de mi querido Radio City. Yo pensaba que lo de los zepelines era un hecho. Esperaba llegar y ver a Caracas sobrebolada por zepelines, como Berlín en los años 30...
Un saludo y feliz navidad para ti y los tuyos,
J
Pues yo tenía la misma idea de Armando. De resto, puedo decir que no me extraña nada el desmantelamiento de este cine. Caracas es una ciudad famosa por la destrucción de todos sus espacios y la desaparición de sus lugares. Poetas como William Osuna, tienen una obra dedicada a este fenómeno. Una ciudad que no conserva nada, mucho menos en estos tiempos.
ResponderEliminarEs una lástima que el RC forme parte de la lista de salas desaparecidas.
Como se llama la que aniquilaron para montar un Tracky?
ResponderEliminarUna realidad bastante triste la perdida de las salas del cine de Venezuela...
ResponderEliminarPero la indolencia y el desapego antes nuestros espacios públicos nos caracteriza culturalmente... Es un hecho.
...
Para mi Sabana grande Tenia un verdadero sentido de entretenimiento urbano cuando el Radio City y el Broadway existían...
Nojoda y el Rialto? Esa vaina también da dolor...Por cierto Volver al Futuro la dirigió Robert Zemeckis.
ResponderEliminarOye es verdad lo de Zemeckis, no sé porque dije que era el otro tipo...Por cierto que muchos de los viejos cines de Caracas hoy son templos de Pare de Sufrir...
ResponderEliminaryo vivo en zaraza y tube la oportunidad de ir a estos cines en especial al cine principal donde vi el oreja rajada con p fernandez y muchas peliculas de amador bendayan ojala vuelvan esos tiempos de gloria.
ResponderEliminarEl Radio City es un cine tomado por los chavistas. Por suerte no han tocado su fachada pero no sabemos qué hay adentro. El edificio es más grande de lo que parece y supongo que las butacas fueron desmanteladas y no sé nada del escenario y pantalla, ni de lo que había detrás y en los sótanos...
ResponderEliminarA esto añado que el arquitecto de ese cine fue Natalio Yunes y que la parcela donde está ubicado, con el amplio frente intacto, salvo las puertas y la recepctión chavistas, es cuadrangular.
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