viernes, 27 de marzo de 2009

LA FORMACIÓN DEL ESCRITOR: RESPUESTA A LA MALDICIÓN DEL GUIONISTA

Por José Roversi

El diploma de educación media que consiguió Truman Capote a principios de los años cuarenta fue todo lo que hizo falta para producir uno de los escritores mas excepcionales de nuestro tiempo. Y nótese que antes de conseguirlo ya había escrito unos cuentos sensacionales. Vivió de su trabajo en el mundo de la literatura desde los diecisiete años.

Primo Levy, que estremeció al mundo con “Si Esto es un Hombre”, uno de los libros indispensables de la segunda post guerra, era químico industrial, y muy bueno además. Trabajó toda la vida, hasta el retiro a finales de los años setenta, en SIVA, un enorme consorcio químico de Turín.

Julio Garmendia, el brillante escritor venezolano que ha sido citado como precursor del “Realismo Mágico” y que produjo obras tan notables como “La Tienda de Muñecos”, no terminó ninguna carrera. Lo que sí hizo fue escribir, desde que era niño.

José Ignacio Cabrujas fue otro temprano desertor de las aulas. Quiso ser abogado. Terminó escribiendo, sin ser fiel a ningún género o temática particular. Escribió como y sobre lo que le dio la gana. Ya no queda ninguno como él en Venezuela y, particularmente en este momento, se le echa de menos.


Francisco Herrera Luque, a diferencia de Honoré de Balzac, si consiguió culminar sus estudios de derecho. Fue un buen abogado y también diplomático (ignoro si bueno) y uno de los pocos escritores venezolanos que pudo llegar a vivir (y muy bien, además) de sus libros. No dependía del sistema de subsidios o incentivos estatales a la cultura, así que escribía lo que le daba la gana y lo hacía estupendamente bien.

Un caso aparte es el de Ernest Hemingway, quien ni siquiera se molestó en intentar estudiar una carrera universitaria. Apenas acabar el colegio (en el que tampoco destacó) hizo lo que Capote: ponerse a escribir para ganarse la vida.

Gabriel García Márquez hizo hasta lo imposible para terminar la carrera de derecho, no porque le gustase, sino para no disgustar a su padre. Finalmente cedió a su vocación de escritor y se dedicó al periodismo, abandonando para siempre la carrera de leyes.

Ernesto “Ché” Guevara era médico y escribió un influyente libro, manual obligado de los movimientos revolucionarios armados contemporáneos:“La Guerra de Guerrillas”.

Algunos de estos escritores fueron también guionistas para el cine, con diversa suerte. ¿Basta ser un notable escritor para ser un buen guionista? Esto lo podrían bien responder F. Scott Fitzgerald o Truman Capote.

Y así podríamos seguir y seguir y seguir, sin llegar a nada. Podríamos también escribir una larga lista de célebres que si han hecho carreras o especialidades mas cercanas al oficio de escritor. Eso tampoco probaría absolutamente nada.

Cabe preguntarse: ¿Y que ha pasado históricamente en el caso de la mujer? ¿Por qué había mujeres escritoras en un siglo en que no se les reconocía ni siquiera posesión del alma? ¿Cómo hizo la mujer de hace cuatro siglos para escribir desde una posición social desventajosa? ¿Quién la enseñó a escribir si no podía ir a la universidad?

Pues nadie. Ella solita se enseñó, leyendo y escribiendo. Como se sigue haciendo hoy, guardando las distancias de tiempo y circunstancias, naturalmente.

Yo si creo en el “Daemon”. Claro que debemos formarnos, no es que no. Pero hace falta un “algo” que no se consigue sino dentro de nosotros mismos. Quiero decir, eso hace falta no para escribir correctamente, sino para que te lean, que es otra cosa.

Un grupo de viejas y agudas amigas tenía una especie de juego hace años. Al comentar sus experiencias amorosas, usaban una tabla de puntuaciones para evaluar a sus compañeros sentimentales en dos planos: técnico y emocional. Los que reprobaban en el campo emocional llevaban las de perder, aunque su técnica fuera brillante.

¿Pasará igual con los escritores?

18 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo parcialmente, porque aunque mencionas a personas que no hicieron una carrera formal, sí se cultivaban bastante de manera individual.

    En el caso de las mujeres es lo mismo. Teresa de la Parra, por ejemplo, fue una escritora muy cultivada desde su seno familiar.

    Una cosa es hacer carrera formal y otra cosa es el estudio individual que muchas veces es incentivado en casa, pues se desarrolla una sensibilidad a partir del estímulo de los padres o los abuelos.

    Lamentablemente nuestro problema educativo, tiene que ver con que hoy día, en muchos hogares vzlanos, tampoco se estimulan estas actividades en el niño: leerle, hacerlo leer, que vaya al teatro o al cine regularmente. El deterioro de nuestra educación en general tiene que ver con una descomposición familiar: Pura Tv, mall y parquecito Mc Donald parejo.

    En el contexto actual vzlano, se me hace peligroso defender posturas de "todolohagoyomismo". Pues cada vez más noto cierta militancia de la ignorancia, de desprecio a lo intelectual, a la educación en general.

    Finalmente, debo decir que admiro mucho a Patricia Highsmith, que sí estudió Letras, a Stefania Mosca que murió recientemente, a Elizabeth Schon que estudió filosofía y cuya obra tiene un sello de reflexión existencial profundo.

    Lo importante es saber que una vez culminada una carrera es que empieza el trabajo: conocer, investigar, tener una disciplina, perseverar y desde luego, hacerse de una metodología.

    Un abrazo, A.

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  2. Disculpa el pegue, pero me acabo de acordar de un género que me gusta mucho y que generalmente es desechado por las élites, aunque vende burrrda: la literatura "testimonial".

    Por ejemplo, "Soy un delincuente" tiene como autor al preso malandro Ramón Antonio Brizuela; sin embargo, no la escribió Ramón Antonio Brizuela, porque este personaje no contaba con las herramientas o con la "formación" para hacerlo. De manera que Gustavo Santander, periodista (un tipo con cierta formación) se encargó de recopilar el testimonio de este personaje y de otros que no tenían las herramientas para expresarse; y les dió voz en su libro, plagiando su identidad.

    Hace poco leí "Me llaman la narco satánica" de Sara Aldrete, una mexicana que si bien no estudió Letras ni nada parecido, tenía cierta formación y era profesora de inglés para niños. El libro está impecablemente bien escrito (seguro pasó por correcciones) y le para los pelos de punta a cualquiera.

    Soy reticente con eso del "dáimon" (Quizá porque soy hija de un junguiano); pero creo profundamente en el Iluminismo. Sin duda el siglo de las luces aportó que jode a una humanidad sumida en el discurso oscurantista de los "elegidos" de los que "sí nacieron con un don". Discurso rescatado a ultranza por el calvinismo para mantener su hegemonía.

    Hay tipos que tienen técnica para escribir y escribir pendejadas, que seguramente no conectan con nada dentro de sí mismos y venden también burda. En fin, yo sí creo en el estudio, sea formal o no, sea de leyes, de cualquier cosa o no, sea de una carrera inconclusa o no. Entre más uno aprenda y lea, y se cultive, y vaya al cine, y haga collages, vaya a conciertos, escuche a la gente, viaje, visite, explore expriencias, etc; más herramientas harán posible el desarrollo de la creatividad.

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  3. Tienes toda la razón Andrea. Sin disciplina, sin un orden de prioridades y sin una metodología, no hay talento que valga.

    El estimulo necesario para que un niño apueste por desarrollar sus capacidades creativas, como bien dices, está estrechamente vinculado al hogar. No manejará los mismos presupuestos un niño criado en un ambiente favorable, amplio y heterógeneo, a uno que no tenga esa fortuna.

    La escuela debería ser el siguiente entorno para complementar/reforzar la creatividad, aunque francamente, por lo que he podido ver y por mi propia experiencia de niño, esta no parece ser la regla.

    El caso de Venezuela, al que aludes, es dramático. El modelo educativo es anticuadísimo, rígido y no orientado a los resultados. De ninguna manera se busca que los estudiantes vayan, poco a poco y por ellos mismos, identificando sus intereses y, mucho menos, desarrollándolos. Se trata de un largo y absurdo Vía Crucis burocrático que no lleva a nada, que no sea el hastío.

    Ese desprecio que notas en Venezuela hacia la educación, lo intelectual, es un hecho inflamado últimamente en las bregas de la política, pero para nada nuevo. Venezuela se ha "autofagocitado" en lo educativo, destruyendo con los pies lo que ha construído con las manos.

    Yo no objeto, en lo mas mínimo, la educación formal. Todo lo contrario, la entiendo indispensable. Estimo, sin embargo, que los escritores se hacen, independientemente de su formación específica, a "trancazos", si de verdad quieren escribir. No sólo porque creo que no hay otra manera, sino porque la vida de escritor es mas bien "fregada" y asumirla implica enormes sacrificios.

    Pero también trae, una vez asumida, enormes satisfacciones ¿No crees?

    Gracias por tu comentario y seguimos en contacto.

    Un abrazo,

    J

    PD: En tu artículo "Vámonos Con Pancho Villa" haces alusión a "Allá en el Rancho Grande", película también super interesante por lo que representó para la industria cinematográfica mexicana.

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  4. Totalmente de acuerdo contigo. Un viejo vecino mío, un húngaro sensacional que había ayudado a construir con sus manos el teleferico de Mérida, solía decirme, con fuerte acento europeo: "No te olvides de vivr Jóse, no te olvides de vivir". Efectivamente, todo cuanto podamos experimentar, incorporar a nuestra experiencia vital, nos enriquece. Últimamente, en una pequeña sección de literatura que llevamos en el programa, comentamos un libro de Louis Hay, la famosa motivadora angelina. Esa señora tomó de sus duras experiencias todo lo que pudo y lo reconvirtió en literatura motivacional, vendiendo millones de libros e inspirando a mucha gente. No te lo pongo como ejemplo de "buena literatura" (lo que sea que esto sea) sino como ejemplo de que un escritor siempre puede optar por escribir, digamos, muy desde dentro, y de esta forma, pienso, la conexión con el lector es mas poderosa. Yo creo que por eso Truman Capote, al final de cuentas, la ganó la batalla a un contrincante literario tan competente y brillante como Gore Vidal. Apreciación muy personal, mosca.

    Un abrazo y me gustó mucho lo del doc que comentas, tengo muchos deseos de verlo.

    J

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  5. Andrea,
    ni te imaginas cómo he buscado el libro de Santander.

    Nanai.

    ¿Tú sabes dónde lo venden aquí?
    Otra peli que ando buscando y que ya me estoy resignando a no conseguir es ¨Los Criminales¨.

    Saludos.

    V.

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  6. Hola amigos,

    Gracias por el feed back, José. Creo que a veces me pongo medio necia y en realidad estamos de acuerdo en los mismo. Yo también creo en esa conexión interna pero me parece que para llegar a ella hay que tener cierta educación o cierta consciencia.

    Vicente, el libro es super fregado de conseguir y eso que en su momento tuvo un tiraje como de 14 ediciones. Si estuviera en Vzla te regalaría una copia, je, je, je... De todas maneras, date una vueltica por los libreros del Puente de Fuerzas Armadas en el Centro, es posible que ellos lo tengan y si no lo tienen, te lo consiguen.

    Respecto a "Los Criminales", hay un amigo que se llama Roberto, que vende pelis de autor afuera de la estaciòn del Metro Bellas Artes, en la acera que da hacia el Hilton. Él la tiene sin duda. Maneja decenas de tìtulos venezolanos. Por si no lo consigues, está asociado a otro señor que vende CDs de jazz y música "culta" en esa misma acera. A èl tambièn le puedes preguntar.

    Un abrazo, A.

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  7. A propósito de tu escrito José, me acabo de acordar de las "Elegías del Duino" de Rilke, en las que él afirma que un ser ajeno le dictaba el libro. Es decir, que él sólo servía de medium entre esta fuerza y el papel. Como les digo, yo no comparto estas cosas, pero las "Elegías..." son maravillosas y corroboran un poco esta tesis del dáimon de la que hablas.

    Años después leí un pedacito de un plagio nefasto titulado: "Conversaciones con Dios", de alguien tipo Pablo Coelho. La idea era la misma de Rilke pero desde luego, más chafa. Como todo lo "New Age", el libro vendió millones.

    Un abrazo, A.

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  8. Gracias Andrea.
    Voy a buscar al pana.
    Dios quiera lo encuentre.

    V.

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  9. Pues sí, los poetas, además, sean de los que mas apelan a ese mundo interior del que venimos hablando. Me gustaría un día aprender alemán, debe ser increíble leer a los pensadores y poetas alemanes en su lengua.

    Por cierto Andrea, veo por las direcciones que recomiendas a Vicente, que eres conocedora de los recovecos de libros y discos de CCS. Allí pasé horas, días, semanas, comprando viejos LP´s y libros. Un día me gustaría escribir sobre esos originales lugares, como la librería "Soberbia" de la Florida, de las hermanas Pardo.

    Bueno, gracias a ti por el interesante feed back. Espero leer tu próxima colaboración, que disfruto mucho.

    Tu amigo,

    J

    PD: Ví por tus fotos que pasas tiempo en Coyoacán, que envidia (¡sana!). Allí transcurrió buena parte de la vida cultural mexicana de la primera mitad del siglo XX. Nunca he estado allí, mas adelante, ojalá.

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  10. Hola Andrea disculpa el OffTopic, pero que posibilidades hay de obtener una copia de tu documental "Los Olvidados de Clemente" en dvd o algo similar. Me interesa para mostrarla aqui en Malasia.

    Avisame cualquier cosa...

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  11. En Malasia??? Chamo, tú sí que estás lejos... ja, ja, ja... ha de ser muy interesante estar allá. Si quieres escrìbeme a mi correo (o dame el tuyo) y nos ponemos de acuerdo.

    Saludos!, A.

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  12. peliculas[@]gmail.com, escribeme para tener tu correo y explicarte un poco la cuestion...

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  13. Ups!, no me habia fijado pero copie mal mi mail, la cuestion es peliculasalfa[@]gmail.com y disculpa...

    Saludos.

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  14. Y hablando de, acabo de leer que Corín Tellado escribió más de 4000 libros, es la autora de habla hispana más leída después de Cervantes ¿Qué tal???

    Juan, ya copio tu mail...

    Saludos, A.

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  15. No sólo eso, vive en Gijón, a 20 minutos de mi casa, y tengo unas ganas de entrevistarla...(tiene mas de 90 años)

    Un saludo Andrea

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  16. Pues creo que será tarde porque se muriò hace dos dìas...

    Otro saludo, José.

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