lunes, 13 de septiembre de 2010

Crítica a Inception


Por: Andreina Gutiérrez

La esperada nueva cinta de Christopher Nolan, Inception, protagonizada por Leonardo Di Caprio, cumple su cometido y las expectativas que de ella se tenían hasta cierto punto. Es lo mejor que se ha visto este año en la cartelera pero es porque sabemos que hay una merma significativa en la calidad de cintas que nos llegan, la culpa no es únicamente de los guionistas y directores, hay un declive generalizado en las grandes cinematografías mundiales, que en este caso se manifiesta con la magnitud de una película compleja en su trama y aséptica en su estética.

Inception se sitúa en una sola esquina de lo que serían miles y m
illones de aristas posibles de interpretación de los sueños, algo que no solo es individual en cada cabeza sino que tiene distintas representaciones dentro de una misma mente. Parece intentar alejarse precisamente de la preconcepción acerca de cómo representar la imaginería de los sueños. Comparada por ejemplo con The Cell, Inception se halla en la margen opuesta al planteamiento estético de esta cinta dirigida por Tarsen Singh y protagonizada por Jennifer López, en la que también se intenta manipular los sueños de una persona para sacarle alguna clase de información que se encontraría en su subconsciente, y en la cual el barroquismo de las escenas oníricas, las locaciones y vestuario, opacan la historia que termina siendo una excusa para que JLo exhiba exóticos y rebuscados trajes y peinados. En Inception la pulcritud y el minimalismo se imponen para presentar unos escenarios oníricos exentos de detalles típicos de ensoñaciones, la improbabilidad lógica está calculada milimétricamente en cada sueño, no hay cabos sueltos a menos que sean parte preponderante de la trama, lo que de por sí destruye la idea de que los sueños son espacios incontrolables donde todo puede ocurrir.

Partiendo de allí Nolan quiere conducirnos a un mundo de sueños que sería válido si solo perteneciera a una persona, sin embargo
intenta imponer una única construcción onírica que en si misma desdice el planteamiento general de la historia. La idea de crear un mundo donde puedes doblar la ciudad de Paris (la escena más impactante) se pierde en la rigidez existente en los siguientes niveles de ensueño. En algún punto el espectador entiende que Nolan intenta distraerlo con trucos de magia, es chévere si, pero la profundidad temática es un océano de 10 centímetros de grosor. La enumeración de conceptos filosóficos, metafísicos, sicológicos, sociológicos no se decanta nunca, todo queda en la superficie anclándose a una historia para colmo demasiado simplista y conservadora. La motivación de Di Caprio es tan común como el resultado, el devenir de los acontecimientos es un engranaje de situaciones que ya fueron contadas, hay pocos momentos sorprendentes, pero se mantiene en vilo al espectador con las peripecias sicológicas. Quizás se extiende demasiado, pero depende de la clase de espectador, en realidad se logra mantener la atención durante las más de dos horas que dura el filme, un punto a favor de Nolan dada la truculencia de la trama. En el fondo se abusa de la emocionalidad del público, hay poca descripción de la tecnología pertinente para los viajes oníricos y todo queda en un acuerdo tácito de comprensión de lo que sucede. Pero tiene sentido, así son los sueños, no hay explicación, simplemente lo experimentas.

Si uno se fija bien en el casting encuentra algunos pesos muertos que ya se antojan muy consentidos para Nolan. Repiten juntos Cillian Murphy y Michael Caine luego de participar con Nolan en la última entrega de Batman, El Caballero de la Noche, el primero no convence en su papel de víctima, el segundo solo está por respeto a su trayectoria. Joseph-Gordon Levitt es el único tomándose en serio el papel y disfrutándolo realmente, no así Di Caprio que sólo es la gran estrella y por tanto debe lucirse exageradamente. Mención aparte merecen las dos únicas mujeres protagonistas, Marion Cotillard quien luego de ganarse un Oscar por su interpretación de la Piaf, es tratada en Hollywood como una cara bonita, el arquetipo de la maldad por su encanto sexual, detonante de los tropiezos en la trama. Y Ellen Page es aún peor tratada, su figuración se reduce a ser el chismógrafo oficial de la historia, molesta y totalmente banal su presencia. Si Nolan es misógino eso no nos compete aquí analizarlo pero tendrá que ser más inteligente al respecto la próxima vez.

Lo realmente transgresor y que lamentablemente no se aborda más largamente en Inception es la idea de plantar una idea (valga la maravillosa redundancia!) en la mente de las personas. Hay conceptos políticos que a Hollywood le gusta soltar como inocentemente y dejar por su cuenta en las películas sin darles más vueltas, que sea el espectador el que se devane los sesos sacándole punta.

En general convence si a uno le gusta la mezcla de melodrama con ciencia ficción fashion. Hay tantas referencias a otras cintas que se entiende que el paquete en general sea tan pretencioso apartándose de lo que ya se ha dicho en el rubro de la interpretación de sueños y/o realidades paralelas. Cualquiera de los cortos de Animatrix tiene más profundidad filosófica, aquí se trata de una enésima visión y Nolan dice: tómelo o déjelo.

2 comentarios:

  1. Muy buena! Estoy de acuerdo en casi todo (je). Me parece que la idea de ésta película en particular no es la de tener la profundidad filosófica de Matrix (por ejemplo). Creo que está pensada como un espectáculo. Claro, con entrelíneas, como las que mencionás, para que el espectador las lea o no. Con respecto al papel de las mujeres TOTALMENTE CIERTO!!
    Creo, en mi opinión, que lo más logrado de la película es el nivel narrativo (más que los efectos). Hacer entender a cualquier espectador un "TETRA-Montaje Paralelo" no es para cualquiera. A nivel narrativo es impresionante. Nolan puede convertirse en el nuevo Spielberg si tenemos en cuenta esa capacidad para "contar historias" que no tienen otros.
    Saludos!!

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  2. Tienes razón Ivan, no está facil explicar ese tetra-montaje parelelo como bien lo llamas, hay que reconocércelo a Nolan, es una gran película por supuesto pero con algunos bemoles. Muchas gracias por comentar!

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