Por José Roversi
La historia de esta entrevista se remonta varias décadas atrás. De niño detestaba los vegetales: no tragaba los calabacines mórbidos, sin contextura; tampoco podía pasar las acelgas y las espinacas destruidas por la acción combustiva del fuego. Rápidamente y, contrariando la sabia opinión de mi madre, concluí que no me gustaban los vegetales. Sin embargo, las frutas sí que me gustaban, especialmente los “cambures” (bananas), los tomates, el aguacate y las fresas. Nunca se me ocurrió preguntarme porque me agradaban las frutas frescas y en cambio no los vegetales cocidos.
Muchos años han pasado, muchas experiencias, mucho ensayo y error. En fin, mucha búsqueda. La necesidad de conocerme, de tratar de experimentarme y sentir me fue llevando, lentamente, al mundo de la alimentación y el ejercicio. Resulta que no tenía ni idea ni de lo uno ni de lo otro. Y tenía 32 años…
En ese proceso de interesarme, de querer saber más sobre la forma en que nos alimentamos (o dejamos de hacerlo) llegué a un documental original y diferente, dirigido por el periodista español Pablo Torres. A Pablo le había visto presentar, desde los lugares más remotos del planeta, uno de esos programas de viajes que son cada vez más populares en las cadenas de España y del mundo. Una ocupación soñada, llena de aventura y color, pensé.
Que Crudo lo Tenemos (2009) es un trabajo tan personal, tan honesto y pleno de energía, tan potente, que sin saber absolutamente nada sobre su autor, tuve la sensación de ya conocerlo.
No se trataba sólo de la dieta Crudivegana (vegetarianismo crudo); no se trataba sólo de alguien que se embarca en un viaje de autoconocimiento; no se trataba únicamente de un discurso bien hilvanado, fresco, entretenido; ni de una película novedosa, en parajes exóticos y con personajes fuera de lo común; era otra cosa; algo verdaderamente había capturado mi atención: se trataba, realmente, de mi. Y de todos…
Al inicio de Que Crudo lo Tenemos su director, Pablo Torres, advierte: “Este documental no pretende convencer a nadie de nada. El único objetivo es mostrar una experiencia personal que, quizás, pueda serle útil”.
Efectivamente, así es…
Tu documental inicia con la confesión-reflexión de alguien que parece estar en el umbral de una nueva etapa de vida: “Tras seis años en este medio (TV), algo dentro de mí me decía que tenían que haber otros caminos más saludables para ganarse la vida. Hasta que mi rebeldía acabó con el despido. ¿Una pena no? Pues no, quizás, lo mejor que me podría haber pasado”. ¿Cómo fue ese proceso de concienciación y renovación? ¿Qué factores lo facilitaron y qué factores lo obstaculizaron? ¿Qué se siente saber que se está produciendo un cambio en ti y que este es trascendente, positivo?
Ese proceso de concienciación supongo que empezó desde que nací aunque mi etapa en la televisión me hizo preguntarme muchas cosas en mi vida. ¿Por qué tengo que contar cosas negativas cuando me interesan más las positivas? ¿Por qué estoy trabajando por un sueldo con el que sólo hago pagar letras y no tengo ni un duro a final de mes? ¿Es que realmente no hay otros caminos para vivir de forma más relajada? ¿Estoy produciendo la cantidad de dinero que me están pagando? Así que con estas preguntas rodando mi cabeza se me ocurrió la idea de crear un sindicato televisivo ya que todavía a día de hoy no existe ninguno que defienda a los trabajadores andaluces del sector, por lo menos no tengo noticias de él. Ojalá me equivocara. Con esa propuesta bajo el brazo hablé con el dueño de la empresa y al día siguiente recibí la notificación del despido improcedente. El despido fue un obstáculo que facilitó mi proceso de concienciación. Nunca lo tomé como algo malo, cuando una puerta se cierra cientos de ellas se abren.
Al ser consciente de algunos de los cambios que se producen en mi vida los sentimientos se intensifican, por lo menos en mi experiencia personal. Estoy aprendiendo a sentir de otra manera descubriendo hasta dónde puede llegar mi poder personal para favorecer a la comunidad, con todo lo bueno y lo malo que eso conlleve por el camino. Dicen que al final todos los caminos llevan a Roma, que es AMOR al revés. Las señales siempre están ahí, sólo es cuestión de interpretarlas.
En Asia, como un viajero sin rumbo fijo en busca de una temática que exploraren en un documental, conoces a Balta Lorenzo: crudívoro, rebelde, carismático y emprendedor. ¿Cómo fue ese encuentro? ¿Qué impacto tuvo sobre ti?
No fue exactamente en Asia donde conocí a Balta. La primera vez que escuché de él fue a través de unos amigos franceses, crudívoros y vecinos de mi tío. Estando en su finca, estos amigos me comentaron que a lo mejor viajaban a Asia con Balta en las mismas fechas en las que yo tenía previsto viajar. En ese entonces estaba buscando temática y fui a la finca de mi tío para asimilar ciertas cosas que estaban pasando en mi vida. La señal fue evidente, me tocaba hacer un documental sobre crudivorsimo o, por lo menos, intentarlo. Ese mismo día me invitaron a una fiesta de crudívoros que se celebraba en La Cascada (Sierra de Ojén, Andalucía), finca en la que vive Balta. No quise perder la oportunidad. Al ver por primera vez a ese hombre de gesto aparentemente serio con su barba y su pelo blanco y en pelotas, comiendo fruta en medio de la naturaleza, desde un punto de vista periodístico entendí que había una historia con contar. Una vez que llegué a Asia nos conectamos ya que él estaba viajando por allí y durante un mes conocimos parte de Tailandia, Malasia e Indonesia. Un viaje muy divertido y enriquecedor. Después estuve otros dos meses más viajando solo y grabando ahí por donde el destino me quisiese llevar. No había un plan previsto.
Sobre el impacto que Balta ha supuesto en mi persona podríamos estar escribiendo folios; a través de su persona y junto a él he vivido experiencias increíbles que han marcado mi vida. Es su ser muy especial y me ha hecho recapacitar sobre muchos asuntos, sobre todo, a nivel alimenticio. Le agradezco la energía que desprende en comunicar su mensaje al mundo.
¿Cuánto tiempo requirió la realización de Que Crudo lo Tenemos? ¿Es un proyecto completamente personal, realizado en su totalidad por ti, o contaste con la ayuda de otros profesionales?
Yo pienso que el documental empezó a fraguarse el mismo día que conocí a Balta. Hubo un proceso de investigación sobre el tema, leí libros, me informé sobre personas que habían practicado esta dieta, planteé preguntas, etc. Luego vino el proceso de grabación, visionado del material y montaje. En total casi dos años. Ha sido un proyecto personal; la financiación ha sido íntegra mía salvo la ayuda económica que mi madre y mi hermano me prestaron terminando el montaje. Christian Loprette fue el editor que me ayudó en la primera fase de la edición. Con este documental he aprendido a grabar y a editar. Me lancé a viajar con la idea de tener una experiencia personal de autoconocimiento, disfrutar lo máximo y, si todo fluye, sacar un documental. El objetivo está cumplido, lo que venga bienvenido sea.
Para la realización del documental estuviste acompañando a Balta Lortenzo en una cantidad de circunstancias diversas. Una de ellas fue el Primer Festival de Alimentación Viva en España, realizado en “La Cascada”, una finca situada en la sierra del municipio malagueño de Ojén. ¿Cómo fue esta experiencia?
Ese festival marcó un antes y un después en mi vida. Fui consciente de mi toma de conciencia. Entendí muchas cosas que llevaba toda mi vida preguntándome y en cuestión de cuatro días manejaba más información que la que había tenido en los 29 años anteriores de mi vida. Gracias a la difusión que se dio en los medios oficiales sobre el festival allí nos juntamos 200 personas para compartir lo que teníamos. Se habló de Permacultura, Tantra, Renacimiento, Reiki…. términos que para mí eran desconocidos en su mayoría. Lo más importante es que pude experimentar estas técnicas y así alivié un dolor con la respiración, hablé de forma telepática en mi sesión de Tantra y otras vivencias que permitieron mi renacimiento, aunque suene un poco a ciencia ficción..
¿En que consiste la dieta Crudivegana? ¿Te resultó sencillo o complicado llevarla? ¿Qué cambios experimentaste a nivel físico?
La dieta Crudivegana consiste en comer alimentos (vegetales) crudos, en su estado más natural, sin pasar por el fuego. Luego dentro del crudivorismo tenemos muchas vías, están los Instintívoros, que comen carne y pescado crudo, también los hay que comen huevos crudos.
Mi experiencia con la dieta cruda es muy buena hasta el día de hoy. Probé una semana viajando en Asia con Balta y procesé muchas cosas. Después del festival también probé un tiempo, perdí kilos pero energéticamente me sentía a otro nivel. Hay que tener en cuenta la energía que el cuerpo invierte en la digestión, la dieta cruda es mucho más liviana que las dietas occidentales. De todos modos no sólo es la alimentación, hay otro gran porcentaje de energía que el cuerpo invierte en la mente y ahí es donde tenemos que ser más listos, en no darle más vueltas al coco. La energía que tenía por aquel entonces no sólo era gracias a la comida cruda, sino por el momento personal de descubrimiento interno que estaba procesando, me sentía como un niño con un juguete nuevo. Me daba cuenta de muchas más cosas que antes y eso lo favorece la dieta. Actualmente soy vegetariano y respeto la opción alimentaria de todo el mundo aunque no estaría mal que cada día consumiéramos menos carne de las agroindustrias. Es un buen comienzo.
En tu película se aprecia que se ha venido creando una especie de pequeña comunidad Crudivegana en España que trasciende, con mucho, el aspecto alimenticio. ¿Qué valores pudiste identificar en este grupo de personas? ¿Qué atmósfera reinó durante el tiempo que duró el Festival de Alimentación Viva?
Aquí en España no existe una comunidad Crudivegana como tal, aunque sí nos hemos podido conectar muchos de los que estamos interesados en una alimentación sana. Al final cada persona tiene su propia forma de ser, nadie es ejemplo de nada y cada uno es un mundo así que resulta difícil hablar de valores a nivel de comunidad. Para mí la atmósfera que reinó durante el festival fue muy linda, se compartieron muchas ideas, conocimientos, sentimientos, besos, abrazos... Ese fin de semana reaprendí a compartir a todos los niveles.
En varios pasajes del documental aparecen personajes que hablan del impacto de la dieta Crudivegana en sus vidas y lo asocian a una necesidad física, pero también a una espiritual, del ser. Parecen hablar desde el alma cuando describen la opción de una vida limpia de carne, de cocciones, de substancias, de estrés y vuelta a llenar con frutas, vegetales, armonía y contacto con la naturaleza. Curiosamente, cada día mas gente que conozco empieza a interesarse por estilos de vida alternativos. ¿Crees que hay una inquietud en las personas de hoy, una necesidad de experimentar la realidad desde una óptica diferente, mas natural, menos mecánica?
La dieta cruda teóricamente te acerca a tu parte espiritual, a la naturaleza, a la vida simple y sencilla, a conectarte más contigo mismo. Ahora mismo ése es el camino que he tomado así que esa teoría la estoy experimentado. Cuando vengan otras que comparta también las vivenciaré. Ésa es la idea, reinventarse uno mismo para bien tantas veces como pueda.
Mi experiencia es una más de las tantas de millones que están sucediendo día a día en el planeta. La gente sabe que algo está pasando: crisis económica, cambio climático, gripe A… No saben qué vendernos los “miedos de comunicación” para que sintamos pánico, dolor; para que nos identifiquemos con aquel que le han dejado, con aquella que sufre; para que nos hagamos muchas masturbaciones mentales y no podamos pensar con claridad. Utilizan una técnica sencilla: desviar la atención de lo que verdaderamente importa, uno mismo. Cada día hay más gente cansada de esa continua deformación y buscan otro tipo de vivencias y experiencias que le hagan crecer interiormente… Para mí la vida es un gigantesco parque de atracciones: hay que probar la infinidad de experiencias que se nos están ofertando y además gratis, que es lo más gracioso de toda esta historia.
¿Qué ha representado este documental en tu vida, como profesional y como persona?
A nivel profesional ha sido la primera vez que he grabado y editado, así que he estado aprendiendo continuamente. Animaría a todos los profesionales del sector que se lancen a realizar algo que realmente quieran contar. Cambiaríamos la visión del mundo en poco tiempo.
A nivel personal, a día de hoy tengo muchos más amigos que antes, he experimentado niveles de conciencia que jamás se me habían ocurrido, he conocido paisajes que me han hecho sentir de forma diferente y he descubierto mi misión en el mundo, por lo menos en este momento.
¿Qué proyectos nos preparas para el futuro? ¿Nos vas a sorprender con algo en el estilo novedoso y fresco de Que Crudo lo Tenemos?
Mi idea es impulsar una televisión consciente por internet. Creo que el tiempo se les está acabando a los “miedos de comunicación”. Somos muchos profesionales del sector que nos estamos lanzando de forma independiente, es hora de dar paso a los medios de información (in=dentro, forma, acción). Es decir, darle forma a la acción desde dentro. No contar algo porque alguien te lo pide sino contarlo tú porque así lo sientes. El sector audiovisual es una herramienta muy positiva para reeducarnos y construir una nueva realidad que nos sorprenderá a todos. Mi único objetivo es darle voz a toda la gente que quiera conocerse más a sí mismo para que de verdad algún día podamos saber realmente quienes somos y vivir en el paraíso terrenal, un mundo sin guerras y lleno de salud y paz mental, que falta nos hace. Por cierto, sigo buscando personal que subvencione este proyecto así que todo aquel que quiera poner su granito de arena ahí dejo mi contacto:
pablotb801@hotmail.com
Salud, paz, amor y alegría.
Muchas gracias hermano
A ustedes. Un abrazo.
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