miércoles, 19 de diciembre de 2007

¿Qué les falta (o sobra) a los afiches de películas venezolanas? (I)

Fue la pregunta que mi hice luego de ver el afiche de Cyrano Fernández colocado con anterioridad en este blog. Personalmente a mi, como espectador, no me despertó el mayor interés en ver la película, pero claro así trabaja mi cerebro. El afiche de una película, ya sin importar de que latitud estemos hablando, es la primera probada de la película a la que tenemos acceso los mortales espectadores. Es el anzuelo que los hacedores de película nos lanzan a ver si picamos y nos tragamos su película, que puede ser muy buena o muy mala.

Ahora si nos detenemos sólo aquí en el cine venezolano quizás tendríamos otra variable por la cual el cine venezolano consigue pocos espectadores en la mayoría de los casos.

Existen excepciones por supuesto, pero creo que esas excepciones existen precisamente por dos razones fundamentales, o la película tuvo una promoción exitosa, usando todos los elementos comunes de una campaña de promoción (entre ellas el condenado afiche) como por ejemplo Elipsis de Eduardo Arias-Nath (2006). O por el contrario su promoción se hizo por vías alternativas usando otros elementos (como el debate político: ¿recuerdan cuantos políticos de este país tuvieron algo que decir de Secuestro Express?), esa publicidad no se paga.

No estoy hablando de la calidad de las películas porque hasta donde yo sé es muy difícil determinar mediante un afiche si la película es buena o mala, si tiene un buen guión, si su apartado técnico es eficiente, no. Un afiche simplemente nos dará una vaga idea de lo que vamos a ver, pero esa sencilla, vaga y directa idea debe ser lo suficientemente eficaz como para arrastrarnos a la sala de cine.

A continuación están varios afiches (click para agrandar) de algunas películas venezolanas recientes, acompañadas de lo que según este humilde servidor funciona o no en relación a la promoción de la película a la que pertenecen, no son todos y no es de la mejor calidad. Conseguir material de las películas venezolanas a veces es una proeza casi arqueológica, qué es otro de los problemas que existen en nuestro cine: la poca vida de las películas, una vez que salen de cartelera pues desaparecen, pero eso es para otra discusión.

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En primer lugar tenemos el afiche de Plan B la ópera prima de Alejandro García Wiedemann, qué si memoria no me falla en algún momento se conoció como El nudo. La idea del minimalismo del afiche (dos de los protagonistas sobre un fondo negro) en primer lugar no está mal, lo que si parece faltar es definir un concepto. Una imprecisión en lo que realmente termina siendo la película y lo que se nos muestra en el afiche.

La configuración de Edgar Ramírez con el arma de fuego sugiere que la película podría ser una historia de acción o cuando menos tendrá presentes elementos de violencia casi de manera constante. La configuración de uno de los personajes apuntando un arma de fuego hacia el público (el que ve en primer lugar al afiche) se ha usado en otras películas donde esos elementos (violencia, acción) ha tenido una predominancia en la película, ejemplos clásicos de esto son Del Crepúsculo al Amanecer de Robert Rodríguez, Teniente Malo (1992) de Abel Ferrara y Man Bites Dog (1992) de Rémy Belvaux & André Bonzel & Benoît Poelvoorde

Luego está la promesa de "carne" en la figura desnuda de Fabiola Colmenares, el elemento erótico mientras se nos promete como algo importante (por algo está en el único afiche) en la película no termina por ser circunstancial, por lo que en este caso el elemento sexual se convierte que raya en lo explotativo.

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En el afiche de Secuestro Express, desde un punto de vista meramente estético los colores amarillos, naranjas y rojos que predominan funcionan pues psicológicamente asociamos tales colores con peligro, alerta, emergencia, etc. De igual manera la forma de las manos empuñando las armas de fuego esta vez son una promesa que se cumple una vez vemos el largometraje: La violencia y la presencia eterna de peligro está allí. Lo que si no parece terminar de convencer es el collage de imágenes de escenas de la película que fue usada a forma de marca de agua.

Esa saturación no permite definir realmente nada, a la vista del público, así que de mucho más lejos parece simplemente una textura añadida para darle volumen a la composición. Sin embargo los mismos elementos tanto cromáticos y de forma fueron utilizados de otra forma en la versión británica del afiche de Secuestro Express, los llamados "Quads" for su orientación horizontal. En esta configuración la predominancia de la figura de Mia Maestro (imagino que con fines comerciales) le da un aire nuevo a la película.

Mucho se ha criticado la forma en que Jonathan Jakubowics ha copiado formulas visuales de las películas de Tarantino y Rodríguez, pero desde el punto de vista de promoción y específicamente del afiche, no parece haber una influencias predominante identificable. Y eso de alguna forma la de un aire de originalidad al mismo. Igualmente sigo prefiriendo el británico al que vimos en las salas venezolanas pues este último sigue siendo algo sencillo y simple. Y la película de Jonathan es más que eso si analizamos sus resultados comerciales, puesto que el afiche. como elemento promocional, busca debe buscar en primer lugar atraer a mayor número de espectadores.

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El afiche de Amor en Concreto aunque visualmente atractivo cae en los mismos errores que la mayoría de los afiches de películas venezolanas: la imprecisión en lo que está vendiendo o en el peor de los casos la explotación de los elementos erróneos. Se supone que es una película que centra su desarrollo en la ciudad de Caracas, "una película netamente caraqueña" como afirmó su director Franco de Peña en su momento; pero temáticamente de Caracas sólo tenemos (nuevamente) al arma de fuego; que está bien pero es sencillamente una reiteración algo cansina. La película que se pasea por la tragicomedia y en el afiche no vemos nada de ello. Claro está explicar y expresar la tragicomedia en Caracas quizás es una tarea harto difícil.

Aún así la composición de colores que se usó en el póster de Amor en Concreto lo hace bastante pasable. Dejando claro que si bien no siempre no se puede expresar en una pieza de material publicitario el contenido de la película siempre se puede evitar algunos descalabros.

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El afiche de Mi vida por Sharon es sencillamente infame, lo peor del caso es que la película no lo es hasta cierto punto, pero desde la perspectiva de la promoción mediante este afiche no podemos sino pensar que estamos ante una producción que no puede ser tomada en serio desde ningún punto de vista. Y la cuestión llega a ser irónica pues el "tagline", o slógan de la película dice algo así: "Una comedia venezolana para reírnos de nosotros". Pues si, la cuestión da risa.

Y no se trata de los precarios medios que puedan alcanzar algunas películas cuando llega el momento de evaluar las estrategias para su promoción, pero es que sin un concepto sin una idea clara de lo que es la película no podremos, sin importar que tengamos millones, promocionarla efectivamente, no podremos llevar a la gente a las salas. Porque no basta con hacer entrevistas al elenco para todas las secciones de farándula de los noticieros de televisión y prensa locales.

Mi vida por Sharon cae precisamente en el ¿error? que se le está criticando al material de Cyrano: la explotación de las figuras televisivas para vender la película. ¿no debería haber un intento por apelar a otras cosas diferentes a la simple memoria del público que dira: "bueno ya vi a este actor o a aquella actriz en X novela, pues veamos la película a ver que tal". NO sería mejor para el cine como medio propio y con miras a convertirlo en una industria, que alguien vea en una película una experiencia única que no dependa de nuestra memoria televisiva para tener éxito tanto comercial como crítico.

Si seguimos promocionando las películas de la forma en que se promocionó Mi Vida Por Sharon creo que no es la vía.

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En contraposición, y aprovechando su estreno reciente, me gustaría resaltar el trabajo hecho en Puras Joyitas que desde el principio, y en palabra de sus directores, ha sido concebida como un producto una pieza a vender al mayor número de personas posibles.

No manejo toda la información, así que es posible que me equivoque, pero en todo caso Puras Joyitas se trate de la una de las pocas películas venezolanas que hace un trabajo de promoción previo al estreno de la película, y que estaría utilizando los mecanismos propios del cine industrial. No considero a Elipsis como un ejemplo totalmente válido porque su promoción venía desde Twentieth Century Fox por lo que sus posters (teasers y definitivos) eran de esperarse.

Pero volviendo a Puras Joyitas encontramos en primer lugar una campaña de intriga, que usó pocos elementos para atraer la atención, en el primer afiche encontramos la única imagen de una corona acompañada del texto: "Esta noche el 'Miss' se quedará sin corona". Quizás no es la mejor campaña, pero por lo menos comenzó a levantarse una especie de expectativa acerca de la producción.

De igual forma se abrió un blog del rodaje de la película a manera de cualquiera de las recientes películas hollywoodenses para mantener esa espectativa. Sin embargo considero que la experiencia de Puras Joyitas, desde mi propia perspectiva, como híbrida. Porque si bien se realizó la campaña de intriga, la película terminó por explotar en su poster final la memoria televisiva de gran parte del público amén de la presencia de varios actores que son conocidos, en su mayoría, precisamente por su trabajo en televisión.

Con todo, los afiches de Puras Joyitas funcionan, una vez que has dejado claro que la película se trata de un robo de la corona del Miss Venezuela, puedes darte el lujo luego de explotar la imagen de tus protagonistas. Sin embargo creo que se cayó de nuevo en lo simple, mucho más cuando se compara el trabajo de promoción de películas como Ocean's Eleven, Snatch (evidentes propuestas influyentes en la película de César Oropeza y Henry Rivero), que con pocos elementos y a riesgos de caer en la reiteración el resultado termina por ser original.

¿Ud. recuerda los posters de las películas venezolanas? ¿cual cree ud. que cumplieron con el objetivo de llevar a la gente a las salas?

1 comentario:

  1. Para decirte la verdad, ninguno de estos afiches (a excepción del de la corona de Puras Joyitas), me llaman a ver la película.

    Quizás el de Ni tan Cortos ni tan Largos o el de Bambi-C pueden lograrlo.

    Esa es mi humilde opinión.

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