martes, 26 de julio de 2011

Cámaras que ven monstruos


Por: Pablo Gamba


El protagonismo de la cámara en Rec de Jaume Balagueró y Paco Plaza (2007) se profundiza y se expande en la secuela de 2009. La grafía del título en el afiche es ilustrativa: Rec2, al cuadrado. Es porque se multiplican las cámaras: son tres, y la primera tiene la capacidad de captar las imágenes que toman otras, instaladas en los cascos de los miembros de un grupo comando de la policía. El elenco de aparatos es representativo, además. Podría decirse que las cámaras de los agentes cumplen una función análoga a las de vigilancia; hay otra que los acompaña y que tiene la tarea de hacer un registro científico de lo que hallan, y está por último la cámara de reality TV de Rec, que regresa como han de hacerlo todos los personajes que mueren en un filme de terror que se respete. Falta, irónicamente, la cámara de cine.


La historia de la infección que convierte a los seres humanos en zombies furiosos, y que es a la vez síntoma de posesión diabólica investigada por el Vaticano, prosigue en Rec2 en el mismo edificio de Barcelona precintado por el gobierno. Pero las referencias cinematográficas se hacen más explícitas. La enfermedad es una rabia como la de Rabid (1977) David Cronenberg, cineasta de cabecera de Balagueró, como se evidencia en los cortos Alicia (1994) y Días sin luz (1995). Aparece el personaje del sacerdote y doctor Owen, versión trasplantada del padre Merrin de Max von Sydow en El exorcista de William Friedkin (The Exorcist, 1973). Las citas son incluso un chiste con el nombre del camarógrafo: Pablo Rosso, el director de fotografía, es Pablo en Rec y Rosso en Rec2. En general ese es el tono del filme, cuyo tráiler irónicamente advertía: “Se acabó la comedia”.


Pero si en Diario de los muertos (Diary of the Dead, 2007) George A. Romero trató con seriedad el problema de la multiplicación caótica de los registros de los hechos noticiosos debido a la proliferación de las cámaras en manos de la gente y las posibilidades de difusión por Internet, la cinta de Balagueró y Plaza es básicamente un divertimiento, en el que lo que cuenta es principalmente el juego visual con la distorsión de las imágenes por los golpes que recibe la cámara, además de su movimiento vertiginoso, y los encuadres insólitos que pueden obtenerse, por ejemplo, cuando el aparato es transportado encendido, con el lente mirando hacia abajo. La broma es redondeada por las coloridas medias a rayas del personaje de una muchacha, puestas justo para que la cámara las tome cuando apunta en esa dirección.


Si Rec2 trasciende en algo el entretenimiento es cuando la cámara infectada o poseída de la primera cinta muestra un lugar de una manera al grabar normalmente, y descubre lo sobrenatural que hay allí mediante la visión nocturna. Es, por una parte, otra forma de plantear el tránsito del realismo documental a lo explícitamente fantástico, que en la primera Rec se daba cuando los personajes llegaban al laboratorio del científico loco, cuya ambientación evoca la artificiosa decadencia extrema de Se7en de David Fincher (1995). Pero también es algo más: si la televisión puede llegar a hacer creer al público que simplemente registra los hechos, Balagueró y Plaza se burlan de eso en la secuela. La cámara de Rec2 capta realidades pero a la vez hace que aparezcan los monstruos invisibles. Cualquier analogía con los programas informativos de la televisión es, desde luego, pura coincidencia.


REC 2

España, 2009

Dirección: Jaume Balagueró, Paco Plaza. Guión: Jaume Balagueró, Paco Plaza, Manu Díez. Producción: Julio Fernández. Fotografía: Pablo Rosso. Montaje: David Gallart. Sonido: Oriol Tarragó. Elenco: Jonathan Mellor (Dr Owen), Oscar Sánchez Zafra (jefe), Ariel Casas (Larra), Alejandro Casaseca (Martos), Pablo Rosso (Rosso), Pep Molina (padre de Jennifer), Andrea Ros (Mire), Álex Batllori (Ori), Pau Poch (Tito), Juli Fábregas (bombero), Manuela Velasco (Ángela Vidal). Duración: 85 minutos. Formato: 35 mm, 1,85:1, color, Dolby Digital EX.

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