domingo, 11 de mayo de 2008

Los olvidados de Clemente. Entrevista a Andrea López

Clemente de la Cerda fue uno de los realizadores más respetados y prolíficos de la cinematografía venezolana. En veinte años rodó alrededor de diez películas, la mayoría de ellas caracterizadas por la denuncia social y la crítica cruda de los problemas de los estratos sociales más marginados. Títulos como El Rostro Oculto, El crimen del Penalista, Retén de Catia y Soy un delincuente, figuran en la filmografía de este director, el cual fue relegado al olvido durante mucho tiempo.

En el 2005, como una manera de indagar la poca difusión de uno de los directores más importantes de nuestra cinematografía, la documentalista venezolana Andrea López produjo el documental Los olvidados de Clemente. En él nos muestra a partir de testimonios, fragmentos de películas, imágenes de archivo fotográfico y hemerográfico, el recorrido del destacado cineasta y su postura ante la realidad socio-política del país. El documental devela el olvido como consecuencia de la menguada industria cinematográfica nacional.

Hace unos días Andrea tuvo la amabilidad de enviarme el documental. Después de verlo me pareció justo y necesario hacerle una entrevista. Aquí les dejo las preguntas y las respuestas.


EC: 1.-¿Cómo nace la idea de rodar Los Olvidados de Clemente?

AL: La idea de grabar un documental sobre Clemente de La Cerda surgió de la inquietud que me producía la ausencia de nuestro cine en las escuelas en las que me formé. Me inquietaba sobre todo la poca –o nula difusión- de la obra de un autor que hizo doce películas en veinte años (con la excepción de Chalbaud, algo imposible para cualquier cineasta venezolano) y que batió récords de taquilla aún compitiendo con películas estadounidenses. Clemente fue un autor autodidacta, que logró que la empresa privada (Blancica) financiara buena parte de su obra y murió creyendo en poder instaurar una industria cinematográfica en Venezuela. No sólo Clemente formaba –o forma- parte de esta amnesia de nuestras escuelas y público en general; sino también muchos de los actores y personal artístico y técnico que trabajó con él.

Quería indagar acerca de las causas de este olvido.

El momento político también me estimuló mucho. Me empecé a plantear este documental en el año 2002. Revisar la filmografía de Clemente, signada por la violencia y una profunda descomposición socio-política en el contexto de la primera nacionalización petrolera, exigía una revisión en la re-nacionalización de Chávez.

EC: 2.-Entiendo que es un documental totalmente independiente. ¿Puedes compartir con nosotros lo que implica rodar una película de esta naturaleza?

AL: Grabar una película indepediente es saber que se va a sufrir. En Venezuela son pocos los sectores que invierten en el cine, y la demanda es muy alta. Plantearte hacer una peli sin recursos de algún ente, institución o productora, equivale a decir que tu vas a costear los gastos y todo el trabajo que implica hacer una película sin recursos...es decir, aaaaños... pues es uno quien debe costear la película y por lo tanto trabajar a cómo de lugar, así sea en otra área profesional. Por otra parte, cuando se es novel e independiente, uno debe ocuparse de prácticamente todas las áreas: guión, producción, dirección, edición...etc; asuntos que implican sacrificar la calidad, pues es difícil que una persona haga todo, prácticamente todo bien; aunque al fnal, se tenga la satisfacción –o el trago amargo- del aprendizaje.

En el caso de Los Olvidados de Clemente, hubo muchas cosas a favor. Tuve la suerte de que conseguí trabajar en un proyecto de investigación sobre protesta popular en Venezuela que llevaba la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV. En este trabajo, tuve que revisar y reseñar todas las protestas populares publicadas en prensa durante la década de los setenta y primera mitad de los ochenta; esto me permitió no sólo darme una idea del contexo socio-político del momento, sino también enterarme de su sintonía con la filmografía de Clemente. Logré también comprarme una camarita Hi-8 y empezar a grabar con la ayuda de los panas. Sin la colaboración desinteresada de Sergio Marcano, Luis Rodríguez, Eleazar Moreno, y sobre todo de Eleonora Ahrensburg, quien ha colaborado y ayudado siempre en la producción de campo de mis trabajos, no habría logrado nada.

En el 2003, conseguí trabajar en la extinta Fundabarrios, experiencia que me permitió empaparme del contexto de Clemente, conocer la recepción de su obra en la actualidad y lograr grabar en los espacios en los que él, 30 años antes, había filmado.

Una vez en la sala de edición, gané la primera edición del Concurso Nacional de Documentales promovido por el Conac (concurso al que lastimosamente, no se le dió continuidad), y con ello pude costear todo el trabajo de post-producción: la edición, la corrección de color, derechos de imagen, la música original, la mezcla de sonido, las caratulillas, las copias en DVDs, el estreno y una cámara nueva de Mini Dv, además de mi tesis de grado. Me dieron en ese momento, finales del 2004, 25.000 bolívares fuertes.

Hacer una película indepediente es asumir la responsabilidad de una obra que va a decir algo que quizá al establishment – en este caso los entes financiadores oficiales- o a los distribuidores-exhibidores monopólicos, les molesta y por lo tanto, no van a poner ni medio en tu propuesta. Hacer pelis independientes implica pues, riesgo, una actitud subversiva. Esto debe tenerlo uno claro y asumir lo que conlleva.

EC: 3.- ¿Cuál es el lugar de Clemente de la Cerda en nuestra filmografía?

AL: Yo creo que es muy importante. Clemente de La Cerda es y ha sido uno de los cineastas más prolíficos y populares en el cine venezolano. Es sin duda, una referencia del cine latinoamericano en el género de la violencia social y de las figuras de poder y convivencia de los desposeídos, junto a películas como Los Olvidados (Buñuel, 1950), Pixote (Babenco, 1980), Rodrigo D No Futuro o la Vendedora de rosas (Gaviria, 1990-1998).

Sé que la Cinemateca, que ha prometido desde hace aaaaños sacar un cuaderno dedicado a este cineasta venezolano, al parecer, por fin...al fin, ha contactado a José Roberto Duque, para proceder a hacerlo y publicarlo. Ojalá sea cierto, pues sí hay material de y sobre él.

EC: 4.-En el documental se nota una especie de polarización en torno a la obra de Clemente de la Cerda. Unos aseguran que se trata de un cine sensacionalista que se regodea en la miseria, la delincuencia y la prostitución. Otros aseguran que Clemente de la Cerda trataba estos temas para explicarlos, para entenderlos, incluso para solucionarlos. ¿Cuál es tu opinión?

AL: Mi opinión es que trataba de exponer el fenómeno de la violencia para explicarla. Las películas de Clemente en esto son muy claras. Puede que uno comparta o no su visión de las cosas, o que repudie sus justificaciones o su estética. En todo caso, sus películas son bastante claras, hay un sistema político y social corrompido que ejerce y genera violencia hacia los explotados o desposeídos. Esto es harto visible en Soy un delincuente (1976), Reincidente (1977), El Crimen del penalista (1979), Compañero de Viaje (1980), Los Criminales (1982) y Retén de Catia (1984). También está presente en Isla de Sal (1964) y el Rostro Oculto del mismo año.

La polarización entre la crítica y el público corriente, también tuvo que ver con los orígenes literarios de las películas de Clemente. No hay que olvidar que sus películas más exitosas estaban basadas en novelas testimoniales, un género también desprestigiado por los sectores intelectuales, pero de masiva demanda. El libro de Soy un delincuente de Gustavo Santander bajo seudónimo de Ramón Antonio Bizuela, tuvo más de 9 ediciones publicadas. Similar número llegaron a alcanzar Grupo Táctico Operacional GATO de Alexis Rosas y Retén de catia de Gustavo Santander bajo seudónimo de Juan Sebastián Aldana.

En un país donde la justicia no existe, las películas cierran y legitiman hipótesis que crean una catarsis en el espectador.

EC: 5.-¿Abusó Clemente de la Cerda de una temática?

AL: No creo. Un artista tiene el derecho de hacer el cine que sienta necesario. Más aún si tiene sintonía con las masas. En el caso de Clemente, su tema era la violencia socio-política. Ciertamente a ciertos públicos burgueses e intelectuales esto no les gustaba: hay toda una discusión sobre los aspectos formales, pero en fin... Clemente fue un cineasta con mucha popularidad, sigue siéndolo entre los mal llamados piratas del DVD.

Pienso que más bien las cosas se empezaron a poner mal cuando se dejó influir por necesidades ajenas de mercado sembradas por algunos prejuicios intelectuales. No hay que olvidar que Clemente enferma y muere haciendo una peli por encargo que nada tenía que ver con él, la comedia televisiva Agua que no has de beber (1984).

EC: 6.-¿Dónde se consiguen las películas de Clemente de la Cerda?

AL: El Archivo Fílmico de la Cinemateca Nacional guarda la mayoría de sus películas. El Rostro Oculto no existe, de Sin Fin hay fragmentos, de resto están ahí completas. De El Crimen del penalista, película que se filmó fuera del país, existe una copia en VHS en el Achivo Audiovisual de la Biblioteca Nacional.

Blancica las distribuyó en VHS en su momento y estas copias hace pocos años, podían rentarse en las hoy extintas “Tiendas del Cine” (Cinemateca Nacional) y Librería del Ateneo de Caracas.

Los vendedores del DVD distribuyen algunas de sus pelis más taquilleras: Soy un delincuente, Retén de Catia y Reincidente.

EC: 7.- ¿Murió Clemente de la Cerda a causa de la crítica?

AL: Creo que hubo una mezcla de cosas, de vivencias adversas a nivel familiar, gremial y laboral. Un sector de la crítica lo tildó de hacer un cine lúmpen a nivel temático y estético. Se dejó persuadir también por la idea de realizar un cine estricamente comercial traicionándose a sí mismo y demostrando poca versatilidad. La verdad es que empezó a enfermar en el rodaje de Agua que no has de beber y que murió al día siguiente de su estreno. La peli fue un rotundo fracaso.

EC: 8.-Hoy por hoy, ¿qué opinión te merece el cine nacional y sus instituciones?

AL: Percibo, como en los años de Clemente, que ha habido un nuevo despertar del cine nacional. No sólo los vendedores del DVD registran ganancias en su difusión, sino que también se han terminado, exhibido y aprobado financiamientos para producción de peliculas de veteranos y noveles.

Respecto a las instituciones de Vzla, pienso que son pocas, están muy centralizadas y sumamente burocratizadas. Cuando uno presenta un proyecto en el CNAC, son más las hojas de justificación de costos, avales, hipotecas...pura plata. Esto se entiende en un país tan corrupto como Vzla, pero vale también la obra ¿no?... Si bien se están haciendo intentos: se ha dado créditos a nuevas generaciones y se han aperturado más salas de la Cinemateca; el gran peligro radica en el financiamiento y la exhibición de propaganda. Es importante hacer notar que la Cinemateca ha ido cercenando espacios como la nula transferencia de nuestro cine a DVD, el cierre de su Tienda de video y la eliminación de la publicación Encuadre.

Este año se han exhibido muchas películas venezolanas de temática y géneros diversos, lo que a mi juicio significa un buen precendente; porque si bien es cierto que hay que atender a la calidad, también lo es que en Venezuela nunca ha habido escuela en términos de producción cinematográfica. Las que hay son muy incipentes. Entonces, en la medida en que logremos producir como para mantenernos en la cuota de pantalla está bien, porque es un piso para un desarrollo posterior. La postura crítica es válida, pero si no hacemos cine pues ¿qué espacio de difusión y exhibición vamos a ganar? No habría ni crítica....

EC: 9.- ¿Le gusta al venezolano su cine? ¿Crees que ha descuidado un poco lo suyo para ver películas extranjeras?

AL: Yo creo que a cierto público venezolano sí le gusta su cine. Las taquillas de Manuela Sáenz y Miranda de Diego Rísquez , así como Secuestro Express (Jacubowicz, 2005) o La Abuela Virgen (Barrera, 2007) así lo demuestran. En todo caso, yo creo que la clave está en producir más, exhibir y distribuir más. Si no hay conexión con el público estamos perdidos. Por otro lado hay que definitvamete prestar atención a la educación y cultura cinematográficas en el país...no ayuda que todo lo que se vea sea el enlatado hollywoodiense, o la repetición de telenovelas censuradas como el caso de Una Abuela Virgen.

Aplaudo inciativas como las de la Cinemateca –sin la propaganda- o la de Gran Cine, pero ambas siguen estando presentes en espacios muy elitescos. Especialmente loable me parece la labor de los llamados “informales”, aunque también considero que estos son una réplica del monopolio distribuidor-exhibidor...pues, al fnal, son ellos los mayores beneficiarios –en términos económicos- de la obra, no los realizadores-productores.

EC: 10.-Sé que andas por México. ¿Qué haces por esos lares?

AL: Me estoy formando en el área de guión, en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) de México.

EC: 11.-Háblanos un poco de tus próximos proyectos.


Bueno, la verdad ando en llamas...je, je, je. Estoy trabajando varios guiones aquí en la Escuela y terminando un documental que he grabado durante tres años que se titula La Cuarta Gracia y que versa sobre la vida de Zulay Contreras Miralles, mujer que habita la Plaza Las Tres Gracias de Los Chaguaramos (Caracas) desde hace quince años, víctima del crack, la piedra.



Ficha Técnica
Título Original: Los Olvidados de Clemente
Guión, Producción y Dirección Andrea López
Asistencia de Producción: Eleonora Ahrensburg
Cámara: Andrea López, Sergio Marcano, Luís Rodríguez
Foto Fija: Eleonora Ahrensburg
Digitalización: Eleazar Moreno Ortiz
Montaje: Javier Beltrán Ramos, Eleazar Moreno Ortiz
Diseño y Mezcla de Sonido: Eleazar Moreno Ortiz
Grabación de la Voz en Off: Manolo Betancourt
Música Original: Leonardo Gil Babylon Motorhome

El documental Los olvidados de Clemente puede ser descargado del blog de La cooperativa El Perro Andaluz 101 de Jesús Odremán. Para hacerlo vaya a esta PÁGINA.


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5 comentarios:

  1. Un documental FUNDAMENTAL para todos aquellos verdaderamente interesados en el cine nacional.
    Mas en país como el nuestro que se caracteriza por la falta de memoria histórica.

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  2. Siempre he pensado que Andrea es una de las personas más agudas e inteligentes de mi generación. El trabajo sobre Clemente tiene mucha dignidad. También ví un primer corte de La cuarta gracia y les puedo garantizar que se las trae. Huelga decir que la echamos de menos.

    P.D. Me encanta la foto con Zarramera...(admítelo Andrea, sales muy bella)

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  3. Tal parece que El Cinescopio es la página web del fan club de Andrea...

    De más está decir que TODOS los asiduos al blog esperamos con ansias ver tus trabajos, y de mi parte cuentas con toda la ayuda que pueda darte (barrabasadas y todo)

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  4. Gracias amigos...me sonrojan un poco.

    Oigan, leyendo la entrevista me llama la atención que muchas de las cosas y sitios que uno ha conocido ya no existen.

    De pronto pienso que este estigma del olvido es una característica muy nuestra: no existe ya el Concurso nacional de documentales, tampoco la tienda del cine, tampoco la video tienda de la librería del Ateneo, tampoco Encuadre, tampoco Fundabarrios...en fin; es muy venezolano ese gusto por lo nuevo, por no conservar nada...no les parece?

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  5. Totalmente de acuerdo Andrea.
    A nivel personal, sufrí esto cuando regresé a Caracas luego de dos años de ausencia. Créeme que esto no sólo sucede en lo social y lo político. En lo íntimo es bien común y duele que jode. Uno siente que se está diluyendo, desapareciendo junto a las desapariciones. Y son muchas estas desapariciones. Te voy a mandar algo que escribí al respecto.

    El venezolano carece de memoria. A cada rato lo oigo. Parece ser verdad. Pero no es sólo el venezolano. Creo que es una vaina humana. Claro que nuestro olvido pertenece a una clasificación bastante peculiar. Llamémoslo un olvido comodón, tropical. Al parecer el cambio implica olvidar lo que motivó esos cambios.

    A lo mejor nos corresponde a nosotros crear una publicación. Una tienda virtual de video. Rescatar. ¿Qué creen? ¿Podemos un grupo de "limpios" hacerlo?

    En el blog de Carlanga leí que la Tienda del Cine volvía. Creo que la nueva sede va a estar en el Celarg. Sin embargo, desconozco si esto ha sido confirmado.

    Yo por lo pronto quiero recuperar tiempo perdido. Quiero ver las pelis venezolanas que nunca vi, y aquellas de las que no me acuerdo. Tu documental me mueve a hacerlo. No todo está perdido.

    Saludos.

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